Muchas personas descuidan la planificación de sus comidas y optan por una elección de alimentos rápida con el objetivo de ahorrar tiempo. Consumir las comidas de manera apresurada y sin percatarse, permite que muchos adquieran malos hábitos que resultan en un aumento de la ingesta de alimentos, ya que el cuerpo no reconoce las señales de saciedad.
Sin embargo, el sistema digestivo requiere de un período de 15 a 20 minutos para activarse y funcionar correctamente, a fin de percibir la sensación de plenitud y enviar la señal correspondiente al cerebro.
Si cada individuo toma el tiempo necesario para comer, prestando atención consciente a cada bocado y masticando adecuadamente, obtendrá más beneficios que si no lo hacen. Si muchos no son conscientes de esta realidad, es muy probable que terminen comiendo en exceso.
Beneficios de comer despacio
Al desacelerar el tiempo de las comidas, se puede obtener potenciales beneficios, además de que es más probable que se disfruten más de los alimentos. Algunos beneficios consisten en:
Favorecer la digestión
Cuando las personas comen lentamente, les da el tiempo necesario para masticar más los alimentos, lo cual contribuye a que estén mejor preparados para su digestión y tránsito intestinal, y también facilita la labor del estómago.
Aumentar la sensación de saciedad
Las hormonas encargadas de la sensación de saciedad requieren de 20 a 30 minutos para cumplir su función de comunicar al cerebro que se está satisfecho y ya no se siente hambre. Por lo tanto, si se come rápidamente, serán necesarias porciones más grandes de alimentos para que las hormonas intestinales indiquen que están saciados.
Disminuir la cantidad de alimentos ingeridos
Cuando se come lentamente, se reduce la necesidad de picotear entre comidas, ya que no se experimenta ansias de comer durante las horas de menor actividad. En particular, un estudio publicado en la revista Nutrients indicó que las personas que comen más despacio consumen un 25% menos de alimentos.
Disminuir el riesgo de obesidad
Todos estos beneficios se traducen en una menor probabilidad de sufrir obesidad, lo cual es uno de los aspectos más estudiados. De acuerdo con un estudio publicado en British Medical Journal, que analizó los datos de aproximadamente 60.000 japoneses con diabetes tipo 2 durante cinco años, se concluyó que “las personas que comían a un ritmo normal tenían un 29% menos de probabilidades de ser obesas”. Por otro lado, aquellos que comían despacio presentaban hasta un 42% menos de probabilidades de obesidad en comparación con los que comían rápidamente.
Aumentar la satisfacción por comer
Dedicar tiempo a las comidas brinda la oportunidad de disfrutar plenamente. Cuando las personas comen rápidamente, pierden la oportunidad de saborear y apreciar todos los gustos que los alimentos tienen para ofrecer.
Reducir los problemas de ardor y dolor abdominal
Si se ingieren alimentos sin masticar adecuadamente y se consumen rápidamente en grandes cantidades, es posible que la persona experimente reflujo ácido. Esta condición puede causar síntomas como sensación de ardor, indigestión, náuseas o dolor abdominal. Por lo tanto, es importante evitar las comidas rápidas para prevenir estos problemas digestivos.
¿Qué ocurre si come muy rápido?
La velocidad a la que muchos consumen los alimentos y la velocidad a la que perciben y procesan los nutrientes pueden tener impactos negativos en la salud. El cerebro necesita recibir señales del tracto digestivo, como la masticación, la digestión en el estómago y el tránsito hacia el intestino, para registrar la sensación de saciedad. Si se consume una gran cantidad de alimentos de una vez, el sistema digestivo puede sobrecargarse y dificultar la emisión de señales.
“Uno de los problemas asociados a comer rápidamente es un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad”, así se ha demostrado en un estudio observacional publicado en The Journal of Pediatrics. Este estudio encontró que “comer rápidamente se relaciona con una mayor ingesta calórica, un mayor índice de masa corporal (IMC), mayor prevalencia de obesidad y ciertos trastornos metabólicos en adultos”.
Otro estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition reveló que “las personas con obesidad tienden a masticar menos”. Los expertos encontraron que “al masticar cada bocado hasta 40 veces, se consumía menos cantidad de comida, lo que lleva a la conclusión de que mejorar la masticación puede ser una herramienta útil para combatir la obesidad”.
Por último, una investigación de la Asociación Estadounidense del Corazón destacó que “comer rápidamente también aumenta el riesgo de desarrollar síndrome metabólico”. Esta investigación encontró que las personas que comen rápidamente tienen un 11% más de probabilidades de desarrollar un grupo de afecciones que, en conjunto, aumentan el riesgo de problemas de salud más graves.