Durante los últimos años la adopción de mascotas, en general, ha aumentado de manera significativa. Las razones que llevan a una persona a adoptar una mascota son múltiples y pueden ir desde querer tener un animal en casa, hasta por la simple necesidad de estar acompañados.

Además, tener una mascota tiene grandes beneficios tanto para la salud física, como mental, según apuntan numerosos estudios.

“Algunos son conocidos, pero otros pasan más desapercibidos”, según apunta Bárbara Lucendo Arribas, psicóloga en Centro TAP (Tratamiento Avanzado Psicológico).

De hecho, los animales de compañía ayudan a evitar el sentimiento de soledad. “El cariño, el apoyo y la lealtad que nos muestran estos animales, manifestando alegría cuando nos ven llegar o reclamando nuestra atención para jugar, nos hace sentirnos queridos mostrando que nuestra compañía es gratificante para ellos”, explica Lucendo al portal especializado en salud y bienestar, CuídatePlus.

Es importante que los dueños de mascotas entiendan el lenguaje corporal para comprender a los perros. Foto:GettyImages. | Foto: Gettyimages

Reducen el estrés

“El hecho de acariciar a nuestra mascota, jugar o pasear con ella nos puede liberar de las tensiones que nos preocupan en el día a día, proporcionándonos así momentos de relajación y mejorando nuestro estado de ánimo. Estas situaciones provocan la disminución en nuestro cuerpo de la hormona cortisol, la cual se libera con el estrés y puede influir en aspectos básicos de nuestro descanso, como el sueño”, indica la psicóloga.

Fomentan la responsabilidad

Los animales en la casa fomentan la responsabilidad, al cuidar y atender a la mascota y, además, ayudan a interaccionar con otras personas. Dicha responsabilidad se puede extender a otros ámbitos de la vida, propiciando el establecimiento de rutinas y horarios determinados.

Según numerosos estudios, los animales tienen la capacidad de mitigar aquellos sentimientos que la mayoría de las personas valoran como negativos, además de aportar su acompañamiento incondicional, por lo que, según la psicóloga podrían ayudar a combatir enfermedades como la depresión.

“Incluso, cuando miramos a nuestra mascota, nuestro cerebro libera mayor cantidad de oxitocina también conocida como la hormona de la felicidad”, añade Lucendo.

Actualmente, las mascotas como los perros participan en lo que se conocen como intervenciones asistidas con animales, que consisten en la incorporación de un animal a un proceso terapéutico o educativo como complemento al mismo y que se desarrolla de forma multidisciplinar.

“La clave del éxito de las intervenciones asistidas con animales es que entra por la parte emocional y aporta gran motivación y estímulo a los usuarios receptores de las sesiones.

Si bien, los animales, y en este caso concreto los perros, no juzgan, no critican, no sienten lástima ni pena, no diagnostican y tratan a todos los seres humanos por igual”, explica Begoña Morenza Puerta, socia fundadora de Yaracan, terapia asistida con animales.

Además, hoy en día, trabajan en muchos ámbitos, por ejemplo, con mayores con depresión, Alzheimer y demencias; con jóvenes y adultos con enfermedad mental, con personas con discapacidad intelectual, parálisis cerebral y autismo. Así como en hospitales, centros de día, residencias, y escuelas, entre otros.

Por otro lado, Morenza señala que cuando el ser humano está en contacto con el animal segrega oxitocina y endorfinas, y se produce una reducción del ritmo cardiaco y la presión arterial.

“Todo esto hace en una sesión con los perros tenga una predisposición a generar pensamientos positivos, a disminuir su aislamiento, a demostrar y expresar sus emociones, a compartir con sus iguales su experiencia. Se incrementa su capacidad de comunicación verbal y no verbal y su interacción social. En estas condiciones es sumamente fácil trabajar en áreas cognitivas o psicomotrices y en todas las que sea necesario para ayudar en el progreso de ese usuario, paciente, o alumno”, añade la experta.

En conclusión, el objetivo de este trabajo es mejorar la calidad de vida de las personas que participan en estas terapias. “Podemos afirmar después de nuestra amplia experiencia que en nuestro caso los perros llegan a un rincón del alma al que los seres humanos no tenemos acceso”, concluye la fundadora de Yacaran.

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