A medida que las personas envejecen, su edad se va haciendo notoria por múltiples factores que acompañan el paso del tiempo, como dolencias, cambios de humor, vestimenta e incluso actividades de ocio.
No obstante, una de las mayores diferencias que llegan con la edad es el cambio en el color y la apariencia de las uñas y el cabello, que sufren por el agotamiento de componentes como colágeno o melanina.
El cabello y las uñas son protectores naturales del cuerpo, y ayudan a mantener la temperatura corporal constante, sobre todo en zonas con climas extremos en las que la piel y el organismo podrían sufrir daños severos.
A pesar de que una persona invierta mucho dinero en hacer lucir su cabello y uñas de forma joven, esta es una de las etapas irreversibles en el ser humano, y el cambio es natural.
Color del cabello
Este es uno de los signos más obvios del envejecimiento. Según el portal especializado de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, Medline Plus, el color del cabello, sea cual sea, se debe a un pigmento llamado melanina, que producen los folículos pilosos.
Estos últimos son estructuras en la piel que producen y permiten el crecimiento del cabello, pero, con la edad, empiezan a producir cada vez menos melanina, lo que da paso a las canas de color gris o blanco, que reemplazan este pigmento.
De acuerdo con la entidad sanitaria, las canas tienden a aparecer comúnmente hacia los 30 años, aunque algunas personas pueden tenerlas mucho antes debido a otros factores genéticos.
“A menudo, el cabello empieza a encanecer en las sienes y se extiende hacia la parte superior del cuero cabelludo. El color del cabello se torna cada vez más claro y finalmente blanco”, reza el sitio web de la Biblioteca.
Asimismo, el vello corporal y facial también se vuelve gris, por eso los adultos mayores tienen, generalmente, las cejas, barba o bigote del mismo color de sus canas, aunque suele haber excepciones.
Por su parte, el vello que crece en la axila, el pecho o el área púbica desde el desarrollo hormonal de hombres y mujeres puede encanecer mucho menos, e incluso no llegar a hacerlo nunca.
“El encanecimiento está determinado en gran parte por los genes. Las canas tienden a aparecer de manera más temprana en personas de raza blanca y de manera más tardía en las razas asiáticas. Los suplementos nutricionales, las vitaminas y otros productos no detienen ni disminuyen la velocidad de dicho proceso de encanecimiento”, puntualiza el portal.
Grosor del cabello
Siguiendo con los cambios en el cabello, uno que no es tan notorio pero igual se da es el cambio de grosor de las fibras de proteína que conforman la cabellera. De hecho, el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) asegura que un solo cabello tiene una vida normal de entre dos y siete años.
Luego de que se cumple este tiempo, el cabello se cae y es reemplazado por uno nuevo. Este proceso, dada la media de cabellos que puede perder una persona al día -que es de 100- ocurre muchas veces antes de envejecer.
La cantidad de vello que tenga una persona en el cuerpo y en la cabeza, tal y como el encanecimiento, también están determinados por los genes.
La diferencia con el proceso de caída normal del cabello cuando se llega a una edad avanzada es que este tiende a caerse mucho más frecuentemente, y la velocidad de crecimiento no es tan acelerada como en la juventud.
“Las fibras de cabello se vuelven más pequeñas y tienen menos pigmento. Es así que el cabello grueso y áspero de un adulto joven se convierte con el tiempo en un cabello delgado, fino y de color claro. Asimismo, muchos folículos pilosos dejan de producir nuevos cabellos”, indica el NIH.
En este punto aparece una de las condiciones del envejecimiento más mitificadas por los hombres, que es la calvicie. Las personas del sexo masculino puede percibir signos de calvicie alrededor de los 30 años.
De hecho, según Medline Plus, muchos de los hombres están prácticamente calvos a la edad de 60 años. Esta pérdida de cabello se puede dar en la sien o en la parte superior de la cabeza, la llamada “corona”.
Aunque no es tan común, en las mujeres también puede aparecer un tipo de calvicie de patrón femenino, en la que el cabello se vuelve menos denso y el cuero cabelludo puede hacerse visible sin esfuerzo.
Los expertos afirman que se debe vigilar una posible pérdida de cabello repentina, que en lugar de ir acorde al envejecimiento, podría ser indicio de una enfermedad.
Cambios en las uñas
Por otra parte, el sitio web de la Biblioteca también reseña los cambios que pueden tener las uñas con el paso del tiempo, entre los que están que estas puedan crecer más lentamente, se vuelvan pálidas y frágiles.
Aunque también existe la posibilidad de que se puedan tornar amarillentas y opacas. En el caso particular de las uñas de los dedos de los pies, pueden volverse duras y gruesas, dice el portal.
Una de las dolencias más comunes en los consultorios de podología suelen ser las uñas encarnadas. Esta afección puede volverse más común con la edad, según el NIH.
“Las puntas de las uñas de las manos se pueden partir, y se pueden desarrollar rebordes longitudinales en las uñas de las manos y los pies”, indica la entidad.