Para muchas mujeres ir al ginecólogo es algo no muy agradable. Sin embargo, la salud íntima femenina es un tema que no se debe dejar al azar. En algunos casos se posterga la visita por diferentes razones como vergüenza, falta de tiempo, miedo e inseguridades.
Pretextos que al final del día pueden cobrar factura en el organismo. Cualquier padecimiento, por leve que sea, tiende a complicarse si no se atiende a tiempo o si se atiende mal.
Según un reporte de la Harvard Health Publication, la primera consulta ginecológica debe ser entre los 13 y 15 años, independientemente de si se ha tenido vida sexual activa o no. Además, debido a que gran parte de la vida se rige por el ciclo menstrual y los cambios hormonales, no se puede pasar por alto a este especialista.
¿Qué temas consultar?
Alteraciones menstruales
- Las alteraciones menstruales se podrían clasificar en términos generales, en tres tipos: las que se producen por aumento del volumen del sangrado, las producidas por ausencia de la menstruación y las caracterizadas por irregularidades en el patrón menstrual (manchado o sangrado intermitente), según el portal especializado en medicina, DoctorAki.
- Lo normal “es que las menstruaciones se produzcan cada 28-30 días y que duren entre 3 y 4 días, pero esto no siempre ocurre así y es lo que se denominan trastornos menstruales”, explica Victoria Verdú, coordinadora de Ginecología en Ginefiv.
- Por eso, es vital asistir al ginecólogo porque las alteraciones en la regularidad o en la cantidad de sangrado pueden ser provocadas, al igual que las infecciones vaginales, por varias situaciones médicas que, en algunos casos, van más allá del ámbito ginecológico, como problemas de la tiroides.
Flujo vaginal, mal olor o irritación en la zona
- David H. Barad, médico del Center for Human Reproduction, señala que la secreción vaginal puede ser normal o el resultado de una inflamación de la vagina (vaginitis), ocasionada por una infección. La zona genital (vulva), el área alrededor de la abertura de la vagina, también puede inflamarse.
- Según la causa de la secreción, también hay otros síntomas, como ardor, irritación, enrojecimiento y algunas veces dolor durante la micción y el coito.
- Es importante asistir a una cita ya que existen múltiples situaciones que pueden generar estos síntomas; desde una infección por hongos, que se puede resolver solo con óvulos vaginales, hasta infecciones de transmisión sexual que requieran tratamientos más específicos.
Secreción anómala
- Es blanca y espesa (como el requesón)
- Tiene color grisáceo, verdoso, amarillento o sanguinolento
- Huele mal o a pescado
- Va acompañada de ardor, erupción o dolor
- Es más densa de lo habitual
- Es más espesa de lo habitual
- Tiene aspecto purulento
Problemas para quedar en embarazo
- La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la infertilidad como una enfermedad del sistema reproductivo masculino o femenino consistente en la imposibilidad de conseguir un embarazo después de 12 meses o más de relaciones sexuales habituales sin protección.
- En estos casos, es importante la valoración por un ginecólogo, no solo porque podría contribuir para lograr ese tan deseado embarazo, sino porque este trastorno puede ser reflejo de otras situaciones médicas que requieran tratamiento, según el doctor Camilo Muñoz citado en el portal DoctorAki.
Antes de iniciar un anticonceptivo
- El Dr. Muzón recomienda que antes de iniciar y/o cambiar de método anticonceptivo, es importante una valoración ginecológica, ya que en esa consulta se podrán establecer algunas condiciones o situaciones que orienten hacia determinadas opciones.
- Por fortuna, en la actualidad existen múltiples alternativas anticonceptivas para ofrecer, sin embargo, se debe tener en cuenta que no a todas les funcionan igual ya que cada organismo es totalmente diferente.
- Para poner un ejemplo, “si eres una paciente cuyas menstruaciones son abundantes y de larga duración, el dispositivo intrauterino tipo T de cobre no es un buen método para ti, ya que este se asocia a aumento de la cantidad de sangrado y podríamos agravar el problema, o por ejemplo si tienes antecedentes cercanos de cáncer de mama en la familia, no serías una buena candidata para anticonceptivos orales”, indica Muñoz.