La piel sensible es un problema muy común que se genera de reacciones inflamatorias locales por sustancias químicas, tintes o fragancias presentes en los productos que entran en contacto con la piel. Cuando esto sucede, aparecen síntomas como picores, molestias, enrojecimiento, descamación y tirantez en la piel.

De acuerdo con Eucerin, aunque la piel sensible puede aparecer a cualquier edad, es especialmente frecuente en la lactancia y a medida que la piel envejece. Como tal, el espesor de la piel del bebé es una quinta parte de del adulto, y tiene una función de barrera limitada, por lo que es muy sensible a las influencias químicas, físicas y microbianas, así como a los rayos UV.

Entre tanto, la función de barrera de la piel de los adultos se debilita cada vez más a medida que pasan los años y el cuerpo envejece, mientras que los procesos metabólicos se hacen lentos. En ese sentido, cuando la piel envejece, se van perdiendo lípidos gradualmente, lo cual provoca que se irrite fácilmente por la acción de las sustancias alcalinas como el jabón y otros productos.

Sin embargo, es importante comprender que la alimentación también juega un rol esencial en la salud de la piel. Por ello, el portal web Pharma Line Group recomienda una dieta equilibrada, rica en antioxidantes y con una alta cantidad de vitamina A, C y E. Además, consumir alimentos con ácidos grados poliinsaturados, como el omega 3, porque tienen un efecto antiinflamatorio en la piel sensible.

  • Omega-3: anchoa, anguila, arenque, atún, bonito, jurel, pez espada, salmón, salmonete, sardina y verdel/caballa.
  • Vitamina E: semilla de girasol, cacahuete, almendra, albahaca y orégano, kiwi, mango, tomate, espárrago, calabaza y avellana.
  • Vitamina C: brócoli, coliflor, coles de Bruselas, fresas, naranjas, mandarinas, pomelos, piñas y melón.

Adicional a ello, Pharma Line Group señala algunos hábitos de vida que se deben tener en cuenta cuando se tiene un tipo de pie sensible:

  • Evitar bañarse frecuentemente y con agua muy caliente. Además, no se debe frotar la piel al secarla, solamente se debe dar pequeños toques con la toalla.
  • Evitar el consumo de tabaco. Este hábito es perjudicial para la salud, porque produce radicales libres dañinos en la estructura celular de la piel, lo que favorece su deshidratación.
  • Dormir las horas adecuadas con respecto a la edad, ya que esto provoca que la piel se regenere durante el sueño nocturno.
  • Mantenerse lejos del estrés, porque es el peor enemigo para la salud.
  • Evitar los ambientes contaminados y las condiciones extremas de temperatura. Esto, debido a que las variaciones bruscas de temperatura agravan el enrojecimiento y la sensación de picor que afecta a la piel sensible.
  • No exponerse largas horas al sol. Lo ideal es utilizar fotoprotección durante todo el año en la cara y no tomar el sol entre las 12:00 h y las 16:00 h en verano.
  • Evitar metales que producen alergia, esto quiere decir que no se debe llevar objetos de bisutería que incluyan níquel, porque es fácil que produzca reacciones alérgicas.