La vista es uno de los sentidos más apreciados para el ser humano. Ver el mundo y todo lo que le rodea permite realizar de forma más sencilla las actividades cotidianas e identificar a las personas y los objetos.

En la actualidad, muchas personas tienen problemas de visión, como miopía, hipermeotropía y astigmatismo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), “las afecciones oculares y la deficiencia visual están muy extendidas, y con demasiada frecuencia quedan sin tratar. En todo el mundo, por lo menos 2.200 millones de personas padecen deficiencia visual, y de ellas, por lo menos 1.000 millones tienen una deficiencia visual que podría haberse evitado o que aún no se ha tratado”.

El informe mundial sobre la visión de 2020 señala que en los próximas décadas se aumentará significativamente la necesidad en todo el mundo de atención ocular. En consecuencia, es importante atender a las recomendaciones de los expertos en consultar periódicamente al oftafmólogo u optómetra para verificar que los ojos estén en buen estado, identificar problemas de la vista o prevenir el desarrollo de dificultades visuales. “Algunas enfermedades de los ojos pueden conducir a pérdida de la visión, por lo que es importante identificar y tratar estas enfermedades lo antes posible”, indica Medline Plus, web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

La alimentación es uno de los factores más importantes para la salud integral del organismo. Mantener una dieta balanceada es la mejor alternativa para prevenir diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. La OMS enfatiza que al aumento de la producción de alimentos procesados y las transformaciones en los estilos de vida ha dado lugar a cambios en los hábitos alimentarios, algunos de ellos perjudiciales para la salud.

Los malos hábitos alimenticios pueden dañar la vista. La clínica Baviera señala que para disminuir el riesgo de afecciones oculares y los daños provocados por la vejez, es necesario incluir los siguientes nutrientes en la dieta.

  • Vitamina A (lácteos y el pescado azul).
  • Vitamina C (siendo los alimentos críticos los que más la contienen: naranja, kiwi, fresas, brócoli, hojas de mostaza y los pimentones).
  • Vitamina E (abundante en los vegetales de hoja verde, en los frutos secos y en las semillas de girasol).
  • Omega 3 ( pescado azul, el marisco o la yema de huevo).

Además de no incluir los alimentos saludables para la vista, existen otros hábitos alimenticios que son perjudiciales para la salud de los ojos. Baviera los explica:

  1. Comer comida chatarra como dulces o chocolates, que aportan calorías vacías y son dañinas para el organismo.
  1. Consumir en exceso grasas saturadas y azúcares. Además de contribuir al sobrepeso y la obesidad, estas sustancias aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y de la vista. Baviera destaca que “no se debe olvidar que las venas que llegan a los ojos son muy finas y cualquier anomalía puede provocar distorsiones visuales.”
  1. No comer en los horarios establecidos o saltarse algunas comidas. Algunas personas consideran que el desayuno o cualquiera de las comidas puede ser prescindible, pero cada una aporta los nutrientes y la energía necesaria para el buen funcionamiento del organismo.
  1. Otro de los malos hábitos es comer rápidamente. Esto impide una buena digestión y favorece el estrés, además de perjudicar el estado físico y mental.
  1. El consumo en exceso de bebidas alcohólicas.

Prevención

Medline Plus explica que los problemas oculares también se ocasionan por los malos hábitos cotidianos. Por eso, señala algunas recomendaciones para prevenir las deficiencias visuales:

  • Usar lentes de sol para proteger los ojos.
  • Usar lentes de seguridad cuando esté martillado, puliendo o utilizando herramientas eléctricas.
  • Si se necesitan lentes convencionales o de contacto, mantener la receta actualizada. Realizar chequeos periódicamente.
  • No fumar. Si se hace, consultar un experto para dejar de hacerlo.
  • Evitar o limitar el consumo de bebidas alcohólicas.
  • Mantener un peso saludable.
  • Controlar y regular la presión arterial y el colesterol.
  • Para los pacientes diabéticos, seguir el tratamiento recetado y controlar la glucosa en la sangre.
  • Comer alimentos ricos en antioxidantes, como verduras de hoja verde.