Con los ritmos acelerados que se viven hoy en día en las labores diarias y el poco tiempo con el que las personas cuentan para alimentarse, descansar o realizar ejercicio ha empezado a repercutir en la salud y en el envejecimiento.

De acuerdo con Europa Press, las malas costumbres diarias también son una predisposición de sufrir de enfermedades cardiacas, cardiovasculares como presión arterial alta o problemas cerebrales que pueden cambiar la vida de una persona sin que ella lo note.

Sin embargo, además de las dolencias físicas que ocasionan los malos hábitos, también hay una estrecha relación entre ellos y el envejecimiento.

De acuerdo con esta agencia. uno de los malos hábitos que tienen los seres humanos y que pueden reducir su calidad de vida y su longevidad es la falta de hidratación.

Según un estudio del Instituto Danone, citado por EP, la hidratación insuficiente tiene un impacto negativo en el cuerpo porque lleva a sufrir de cálculos renales, mal funcionamiento del sistema urinario y afecta la memoria a corto plazo.

“Cuando la ingesta de líquidos es deficitaria y crónica se ha visto podría contribuir al desarrollo de hipertensión, tromboembolismo, ictus y otras enfermedades coronarias2, afirmó Jordi Salas, miembro del instituto.

Por otra parte, el estrés provoca que la circulación de la sangre se haga más lenta, lo que produce que el agua y los demás nutrientes no lleguen a la sangre y no la mantengan saludable, lo que es señal inmediata de envejecimiento prematuro con la posibilidad de perder la elasticidad y el aumento de las arrugas.

La falta de sueño y el no dormir correctamente se relaciona directamente como una señal de envejecimiento prematuro.

De acuerdo con el instituto, una de las señales más comunes que muestra que una persona no está durmiendo bien son las ojeras que marcan cuando las personas están cansadas porque se produce una dilatación de los vasos sanguíneos que da un aspecto más oscuro a la piel.

La falta de sueño altera el ritmo normal hormonal y la segregación de ciertas hormonas, como el cortisol, que puede generar el envejecimiento prematuro y la posibilidad de sufrir de varias enfermedades.

Aunque suene a disco rayado, alimentarse en los horarios correctos también contribuye a la longevidad. Según Europa Press, mantener la regularidad de los horarios y controlar las comidas ayudan a evitar el envejecimiento prematuro.

Pero además, según la agencia, no solo contribuye a evitar envejecer más rápidamente sino también evita que se sufra de enfermedades como diabetes u obesidad.

Por ejemplo, en el día el metabolismo se acelera y por eso es conveniente consumir la mayor parte de calorías en horarios diurnos. Por el contrario, en las noches, el metabolismo se hace más lento y por eso se sugiere no comer alimentos y empezar un ayuno hasta la mañana siguiente.

Otra recomendación que hace el Instituto Danone es reducir o eliminar el consumo de alcohol para evitar el envejecimiento prematuro y las enfermedades.

Según la agencia, el consumo de bebidas alcohólicas lleva a sufrir de múltiples enfermedades como deterioro cognitivo (demencia), neuropatía, alteraciones digestivas, daño en el hígado, en el páncreas, arritmias cardíacas o riesgo de cáncer, etc.

Dejar de consumir alcohol, además de traer beneficios físicos, puede evitar que las personas sufran de enfermedades como , cirrosis hepática, pancreatitis o arritmias cardiacas como la fibrilación auricular.

Si bien en algunos casos se recomienda una copa de vino para mejorar la circulación o un trago de whisky para temas cardiacos, la clave está en evitar el exceso y consumir en dosis adecuadas.

Todos estos hábitos contribuyen a que las personas tengan un envejecimiento prematuro por lo que es recomendable evitarlos para poder lograr la longevidad deseada.