El cartílago es un tejido semirrígido que tiene como función dar soporte a algunas estructuras y órganos. Se considera un tejido de tipo conectivo que recubre las superficies óseas que forman parte de las articulaciones.

Su firmeza le permite resistir la tensión mecánica con mayor flexibilidad que el hueso. Cuando se lesiona, se pueden presentar síntomas como dolor intenso al realizar deporte o subir o bajar escaleras, sonidos parecidos a crujidos y dolor articular, entre otros, según el portal Top Doctors de España. También puede haber deformidad, inflamación y enrojecimiento.

A este tejido se le reconoce porque es el encargado de distribuir y soportar las cargas y proporcionar un movimiento de deslizamiento suave, protegiendo los huesos e impidiendo que se froten entre ellos. El cartílago también da forma y soporte a diversas partes del cuerpo como la nariz, las orejas o la tráquea.

Los cartílagos, según los expertos, son susceptibles a deteriorarse por lesiones como los esguinces o enfermedades degenerativas como la artritis. Las zonas más afectadas por su desgaste son normalmente los tobillos, rodillas, muñecas, codos y hombros, de acuerdo con información del portal Mejor con Salud.

Son diversas las causas que pueden afectar a los cartílagos. De acuerdo con una publicación en BioMed Research International, la edad y el envejecimiento son algunas de las razones del deterioro que sufren estos tejidos.

Sin embargo, también hay otros factores de riesgo que tienen que ver con sus afecciones y de ellos forman parte las enfermedades degenerativas, la actividad física excesiva, la obesidad, el estrés, cargas o transportar cosas muy pesada o la insuficiencia de nutrientes.

La alimentación tiene un papel determinante en la protección de los cartílagos, precisamente para evitar que falten los nutrientes que los mantienen sanos. Un estudio realizado por la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, indica que la lisina es uno de los nutrientes más importantes a la hora de cuidar y recuperar este tejido conectivo, por ello, consumir productos que la contengan es determinante.

En la misma investigación se determinó que el consumo ideal de lisina sería de 12 miligramos por kilo corporal y se puede obtener de alimentos tales como: las carnes rojas, el higo, las nueces y almendras, el bacalao, los huevos, el queso, la soya y la gelatina sin sabor.

De igual manera, para regenerar el cartílago se requiere el consumo de vitamina C, un poderoso antioxidante que agrega diversos beneficios al cuerpo. En un estudio publicado en la revista Molecular Medicine Reports se sugiere que este nutriente es clave en la prevención de problemas articulares asociados al desgaste de los cartílagos. La dosis diaria recomendada es de 75 miligramos para mujeres y de 90 miligramos para los hombres.

Algunos de los principales alimentos contienen vitamina C son los cítricos, así como el kiwi, la guayaba, el mango, la papaya, los frutos rojos y el melón.

Omega 3

Otro de los nutrientes clave para los cartílagos es el omega 3. De acuerdo con algunas investigaciones, los alimentos ricos en este ácido graso pueden ayudar a prevenir la osteoartritis, pero también a desacelerar su progreso cuando ya ha sido diagnosticada esta enfermedad, de acuerdo con información del portal de bienestar Salud 180, de México.

Los alimentos ricos en omega 3 son pescados como el salmón, el atún y la sardina; además de las nueces y frutos secos, aceites vegetales como los de linaza, soya y canola. Incluir este ácido graso a la dieta también ayuda a mejorar el sistema nervioso.

La vitamina D es otro de los nutrientes determinantes. La exposición a la luz solar es la mejor manera para obtenerla. Una investigación publicada en Orthopaedic Journal of Sports Medicine determinó que los pacientes con suficiente vitamina D tienen un menor riesgo de desarrollar osteoartritis. También destaca que sus dosis óptimas ayudan a reducir la degeneración del cartílago articular.

Además del sol, esta vitamina se puede obtener de alimentos como: pan integral, leche, cereales integrales, salmón, arenque y ostras.

Colágeno

El colágeno estructura los tejidos cartilaginosos, los tendones y los huesos. Diversos estudios han llegado a la conclusión que facilita la unión entre todos estos, indica el portal Mejor con Salud.

Además, una investigación publicada en la revista Plos One señala que ayuda a prevenir la degeneración de los cartílagos y contribuye a reducir la inflamación. La forma más fácil para añadirlo en el organismo es comiendo alimentos como la gelatina.