Pocas veces el ser humano es capaz de dimensionar los procesos que suceden en su interior. Cada persona está conformada de órganos, tejidos, huesos y otra serie de componentes que permiten funciones básicas como la respiración, el movimiento, el pensamiento, entre otros.
Entender cómo funciona el organismo es esencial para protegerlo y adoptar estilos de vida saludables que propicien el bienestar físico y emocional. Así coinciden desde el portal unCÓMO, quienes señalan que el ser humano tiene procesos “altamente desarrollados” que lo mantienen en una condición saludable cada día y se debe preservar.
Muchos de estos procesos ocurren en los órganos, definidos por el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano, como una “colección de tejidos que estructuralmente forman una unidad funcional”. Cada uno de los órganos del cuerpo desempeña un rol importante.
No obstante, pese a que cada uno tiene una función específica, no todos los órganos son indispensables para el ser humano. Justamente, estos se pueden clasificar entre vitales y no vitales de acuerdo con su importancia para el organismo.
¿Cuáles son los órganos vitales?
Como señala el portal de salud y bienestar unCÓMO, el cuerpo humano se compone de 21 órganos, entre los que se listan el cerebro, los ojos, los pulmones, el corazón, el estómago, el hígado, por ejemplo.
La piel es el órgano más grande y visible del cuerpo humano, con una extensión promedio de 2 metros cuadrados en un adulto promedio, según detalla el referido medio.
De acuerdo con el blog Plan Seguro, son considerados como órganos vitales todos aquellos que cumplen una función primordial para la supervivencia de las personas y cuya salud debe ser de especial cuidado. “Un problema con cualquiera de estos órganos puede convertirse rápidamente en una amenaza para la vida”, agregan.
Hacen parte de este grupo cinco órganos: el corazón, los pulmones, el hígado, los riñones y el cerebro.
En primer lugar, el corazón es el encargado de transportar la sangre a las distintas partes del cuerpo, trabajo que realiza en conjunto con el sistema circulatorio. “El corazón también tiene un sistema eléctrico en su interior. Los impulsos eléctricos dentro del corazón ayudan a garantizar que late con un ritmo constante y una frecuencia adecuada” añaden desde el mencionado portal.
Este órgano funciona de la mano con los pulmones. Como explica el Instituto Nacional del corazón, pulmón y sangre, los pulmones son el eje central del sistema respiratorio, el cual facilita la respiración y el intercambio de gases.
“Al inhalar, el aire ingresa a los pulmones y el oxígeno de ese aire pasa a la sangre”, indican, luego el desecho producido, llamado dióxido de carbono, pasa de la sangre a los pulmones y se elimina por medio de la exhalación.
Por su parte, el cerebro es el coordinador de todos los procesos que tienen lugar en el organismo, ya sea de forma consciente o inconsciente. Por medio del sistema nervioso, las personas tienen la capacidad de pensar, sentir y ordenar las ideas. Si este órgano no funciona correctamente, el cuerpo tampoco lo hace.
Como recuerda el blog Plan Seguro, este órgano está protegido por los huesos del cráneo, para prevenir posibles lesiones que pongan en riesgo la vida.
El hígado cumple un rol esencial en el sistema metabólico al facilitar la transformación de los nutrientes en las sustancias que requiere el cuerpo. “Desintoxica ciertas sustancias y filtra la sangre proveniente del tracto digestivo a través de una vena antes de que se una al flujo sanguíneo venoso de otras partes del cuerpo”, complementan desde el mencionado portal.
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Pese a que es posible retirar algunas partes dañadas del hígado, no se puede extraer por completo, pues su presencial es vital para el organismo. Igualmente, sucede con los riñones, si bien una persona puede vivir con un solo riñón, este órganos es fundamental para limpiar la sangre y eliminar los residuos del organismo.
Ahora bien, así como existen órganos cuyo función es imprescindible para el ser humano, otros pueden no ser tan necesarios. Los órganos no vitales son aquellos que no representa un riesgo retirar del cuerpo, tales como el bazo, encargado de almacenamiento y reciclado de glóbulos rojos, blancos y plaquetas.
También se puede vivir sin el estómago, aunque este órgano cumple diversas funciones como la digestión. Cuando se extirpa, precisa un artículo de El País, existen alternativas para suplir sus funciones.
Las personas también pueden sobrevivir sin alguno de sus órganos reproductores: ovarios y testículos. “Se trata de estructuras pares y únicamente hace falta que funcione uno de ellos para poder tener hijos”, comenta el mencionado portal. Hacen parte de esta lista otros órganos no vitales como el apéndice, la vesícula y el colon.