El cáncer de piel es una de las formas más comunes de esta enfermedad. Se divide en cáncer de células basales y escamosas. Por lo general, se forman en la cabeza, la cara, el cuello, las manos y los brazos, según la BIblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Sin embargo, también puede generarse en áreas que rara vez ven la luz del día, como es el caso de las palmas de las manos, debajo de las uñas de las manos o de los pies y el área genital. De acuerdo con los expertos, otro tipo de cáncer de piel es el melanoma, que es más peligroso pero menos común.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos indican que un cambio en la piel es el signo más común del desarrollo de esta enfermedad en las personas adultas. Estas modificaciones pueden ser una lesión nueva que salió en la piel, una llaga que no cicatriza o un cambio en un lunar, pues no todos los cánceres de piel se ven iguales.
Para el melanoma, específicamente, una forma fácil de recordar los signos de advertencia es recordar las primeras letras del abecedario.
- Asimetría: ¿El lunar o la mancha tiene forma irregular con dos partes que se ven muy diferentes?
- Bordes: ¿Los bordes son irregulares o dentados?
- Color: ¿El color es disparejo?
- Diámetro: ¿El lunar o la mancha es más grande que una arveja?
- Evolución: ¿El lunar o la mancha ha cambiado o evolucionado en las últimas semanas o en los últimos meses?
Factores de riesgo
Algunos factores que, de acuerdo con los expertos del instituto de investigación, Mayo Clinic, pueden aumentar el riesgo de enfrentar este padecimiento son:
- Antecedentes de quemaduras por el sol. Haber tenido una o más ampollas de quemaduras por el sol de niño o adolescente aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel de adulto. Las quemaduras por el sol en la adultez también son un factor de riesgo.
- Exposición excesiva al sol. Cualquier persona que pase un tiempo considerable al sol puede desarrollar cáncer de piel, especialmente si esta no está protegida con protección solar o ropa. Broncearse, incluso exponerse a camas y lámparas solares, también genera riesgo.
- Lunares. Las personas que tienen muchos lunares o lunes atípicos denominados nevos displásicos tienen mayor posibilidad de padecer cáncer de piel. Estos lunares, que parecen irregulares y generalmente son más grandes que los normales, tienen más probabilidad de convertirse en cancerosos.
- Lesiones cutáneas precancerosas. Tener lesiones en la piel conocidas como queratosis actínicas es otro riesgo. En general, estos crecimientos precancerosos en la piel aparecen como manchas ásperas y escamosas que son de color marrón a rosa oscuro. Son más comunes en el rostro, la cabeza y las manos de las personas con piel clara que han sufrido daños por el sol.
- Antecedentes familiares de cáncer de piel. Si un padre o un hermano tuvo cáncer de piel, el riesgo puede ser mayor.
- Antecedentes personales de cáncer de piel. Si una vez se desarrolló cáncer de piel, es probable que se vuelva a presentar.
- Sistema inmunitario debilitado. Las personas que tienen el sistema inmunitario debilitado corren un riesgo mayor de desarrollar cáncer de piel. Esto incluye quienes padecen VIH/SIDA y aquellos que toman medicamentos inmunosupresores después de un trasplante de órgano.
- Exposición a la radiación. Las personas que recibieron tratamiento de radiación para las afecciones de la piel, como eccema y acné, pueden ser más susceptibles a este tipo de padecimiento, especialmente carcinoma de células basales.
- La exposición a ciertas sustancias. Exponerse a sustancias, como arsénico, es otro factor en contra.