Como parte del tratamiento de diversas afecciones, los médicos frecuentemente recetan pastillas o compuestos fármacos que contribuyan a aliviar algunos de los síntomas asociados a dichas enfermedades.
Sin embargo, para ciertos pacientes puede resultar difícil tomar debidamente la medicación, especialmente, porque tienen dificultades al tragar las pastillas. Ante esta situación, una práctica muy común es triturar o partir a la mitad las pastillas, con ánimo de consumirla fácilmente.
De acuerdo con el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, determinadas circunstancias tienden a complicar el consumo de medicamentos orales, tales como la edad o condiciones de salud de base.
En este sentido, la entidad lista tres condiciones constantes en las que se opta por dicha opción:
- Menores de edad
- Adultos mayores
- Pacientes de patologías como el Parkinson o problemas de disfagia
Aunque, efectivamente, triturar o partir las pastillas puede facilitar su consumo, esta práctica puede representar ciertos riesgos e incluso interferir con el tratamiento. Como detalla un artículo publicado en el portal Geriatricarea, lo ideal es ingerir los medicamentos sin manipularlos de ninguna manera.
En este sentido, el texto plantea que uno de los peligros que se corre al triturar las pastillas es alterar la medicación, al punto de reducir los principios activos que le otorgan a los medicamentos sus propiedades para tratar las afecciones.
Ahora bien, explican desde el portal, la presentación de las pastillas está diseñada de tal forma para que se contengan los principios activos, pero además para mejorar algunos aspectos de olor y sabor, que pueden ser desagradables al tragar. Es así que al tomaras trituradas, los pacientes suelen experimentar molestias derivadas de dichas características.
Por otra parte, partir las pastillas es una técnica frecuentemente utilizada para ajustar la medicación a la dosis sugerida por los profesionales o para facilitar su consumo. En el primer caso, por ejemplo, una persona parte una pastilla de 100 gramos a la mitad, para ingerir solo los 50 gramos indicados en la receta médica.
Esta situación resulta especialmente problemática, indican desde Geriatricarea, ya que no siempre se es preciso al realizar el corte y se corre el riesgo de consumir dosis equivocadas, lo que puede derivar en consecuencias graves para la salud.
Normalmente, las personas parten las pastillas usando distintos utensilios al alcance, como cuchillos o tijeras, también con las manos y en ocasiones con un partidor de pastillas, pero independiente del mecanismo que se emplee es posible que no se obtenga una división exacta.
Esto lleva a explicar otro de los riesgos que representa partir los comprimidos. De acuerdo con el referido portal, al momento de hacer el corte, el medicamento se puede dividir en más de dos partes, lo que conlleva a que se generen desperdicios.
Precisamente, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos recuerda que no todos los comprimidos, pastillas o cápsulas están adaptadas para triturarse o partirlas sin que se modifiquen sus características. Por ello, se recomienda evitar alterarlas y consultar con el médico de cabecera otras posibilidades.
Asimismo, es importante tener en cuenta que algunas pastillas, comprimidos o cápsulas están diseñadas para que la liberación de los principios activos se haga controladamente, por lo que poseen una cobertura especial. Al triturarla o partirla se puede alterar dicha cubierta y, según explican desde Geriatricarea, provocar un efecto descontrolado de la composición del medicamento, con el riesgo de “sufrir infra-dosificación o sobredosificación”.
Pero, entonces, ¿qué alternativas hay para facilitar el consumo de medicamentos?
Los expertos coinciden en que una solución puede ser optar por otras presentaciones del mismo fármaco: de otras marcas o en una forma líquida, como jarabe. También se puede consultar con el especialista si hay un medicamento que tenga las mismas propiedades y con el que se pueda reemplazar el que genera incomodidad para el paciente.