En la entrañable relación que los seres humanos han desarrollado con sus queridas mascotas a lo largo de la historia, los gatos se han convertido en compañeros inseparables en varios hogares; sin embargo, un gesto tan aparentemente inocente como besar a un gato en la boca podría esconder riesgos inesperados para la salud de ambos, alertan los expertos en veterinaria. Aunque el afecto hacia los felinos es innegable, es fundamental considerar las posibles consecuencias de esta muestra de cariño tan cercana.

El beso es un gesto que, en el contexto humano, puede transmitir sentimientos de amor y afecto profundo. No obstante, cuando se trata de los gatos, la situación se vuelve más compleja debido a las diferencias en la anatomía y la biología entre ambas especies. Los gatos poseen una microflora bucal única que es crucial para su salud digestiva y sistema inmunológico. Besarlos en la boca podría introducir microorganismos extraños y desequilibrar esta delicada microflora, aumentando el riesgo de infecciones y problemas gastrointestinales.

Los expertos veterinarios advierten que la boca de un gato es un reservorio de bacterias y otros microorganismos, algunos de los cuales podrían ser potencialmente perjudiciales para los seres humanos. La transmisión de enfermedades zoonóticas, es decir, enfermedades que se pueden transmitir entre animales y humanos, es un riesgo real al besar a los gatos en la boca.

Afecciones como la toxoplasmosis, una infección parasitaria, o incluso bacterias como la bartonella henselae, responsable de la enfermedad conocida como “fiebre de arañazo de gato”, son ejemplos de amenazas que podrían transmitirse de esta manera.

En lugar de besar a los gatos en la boca, los dueños responsables deben enfocarse en prácticas de cariño más seguras y adecuadas. | Foto: © 2012 Suzanne Marshall

Además, el sistema inmunológico de los gatos y los humanos funciona de manera diferente. Lo que podría ser inofensivo para un gato podría causar una reacción alérgica o una infección en un ser humano. Por lo tanto, los besos en la boca podrían exponer a ambas partes a riesgos innecesarios. Los gatos también pueden lamerse las patas y otras partes del cuerpo que entran en contacto con diversas superficies, lo que aumenta aún más la posibilidad de que sus bocas contengan agentes patógenos.

Los gatos poseen una microflora bucal única que es crucial para su salud digestiva y sistema inmunológico. | Foto: gettyimages

Es fundamental recordar que la salud y el bienestar de las mascotas deben ser una prioridad. En lugar de besar a los gatos en la boca, los dueños responsables deben enfocarse en prácticas de cariño más seguras y adecuadas. Los especialistas recomiendan acariciar suavemente a los gatos, cepillar su pelaje, proporcionarles juguetes y espacios adecuados para su entretenimiento, y ofrecerles una dieta equilibrada y cuidados veterinarios regulares.

Los riesgos asociados con besar a los gatos en la boca no deben ser subestimados ni ignorados, ya que la salud tanto del dueño como del felino está en juego. | Foto: ©2021 Tang Ming Tung

En última instancia, el cariño que se siente por los gatos es comprensible y genuino; sin embargo, para mantener una relación sana y duradera con las mascotas, es crucial tomar decisiones informadas en lo que respecta a las muestras de afecto. Los riesgos asociados con besar a los gatos en la boca no deben ser subestimados ni ignorados, ya que la salud tanto del dueño como del felino está en juego.

En conclusión, aunque el impulso de besar a los gatos en la boca puede surgir de un profundo amor y cariño, es importante considerar los riesgos involucrados. Las diferencias en la microflora bucal, la anatomía y la biología entre especies hacen que esta muestra de cariño aparentemente inofensiva pueda tener consecuencias graves para la salud de ambos. Mantener una relación afectuosa y segura con las mascotas implica tomar decisiones informadas y responsables que fomenten el bienestar y la felicidad de todos los involucrados.

Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza ‘machine learning’ para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado en Semana.