Es de conocimiento general que los alimentos de origen vegetal le aportan al organismo una gran cantidad de beneficios. Entre estos alimentos resaltan las frutas, las verduras, los frutos secos, las legumbres, los cereales integrales y las semillas. Cada uno de estos grupos alimenticios son ricos en vitaminas y demás minerales, sustancias de vital importancia para que el organismo funcione de forma correcta. Si estos se consumen de manera frecuente, se puede decir que se mantiene una dieta alimenticia saludable. Algunos de ellos se pueden combinar entre sí en ensaladas o en otros tipos de preparaciones.

Existen diferentes verduras, pero una de las más utilizadas por las familias colombianas y de diferentes partes del mundo es la lechuga, la cual es muy baja en grasa, aspecto por el que resalta y la recomiendan muchos nutricionistas. Tiene un color verde claro y es muy similar al repollo. Presuntamente, tiene su origen en el sur de Europa.

El brócoli es un superalimento pero puede ser peligroso para algunas personas. | Foto: Getty Images

“Las lechugas forman el género Lactuca y pertenecen a la familia de las asteráceas (compuestas). Esta familia, cuyo nombre actual deriva del griego Aster (estrella), se caracteriza porque sus flores están compuestas por la fusión de cientos e incluso miles de flores diminutas”, explica el sitio web Mapa Gob.

“Todas las lechugas que se cultivan hoy en día derivan de la humilde Lactuca sativa, la lechuga silvestre con hojas más pequeñas y duras, sabor acre y pequeñas flores amarillas que salen en verano y crecen como mala hierba en los terrenos baldíos de buena parte de Europa y Asia. Los botánicos no se ponen de acuerdo sobre su origen. Conocida por sumerios, egipcios, persas, griegos y romanos, es una planta cultivada desde hace muchos años”, agrega este portal web.

Lo más común es que la lechuga se consuma cruda, en ensaladas, cocida o asada. Para que todos sus nutrientes se puedan aprovechar, es importante no combinarla con alimentos o productos cargados de grasas dañinas, azúcares y sodio. Sin embargo, puede ser peligroso consumirla si no se ha desinfectado de manera correctamente anteriormente.

Lechuga. | Foto: Getty Images

Dice con la Organización Mundial de la Salud, más de 200 enfermedades son causadas por el consumo de alimentos contaminados por bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas. Estas afecciones son consideradas como un grave problema de salud pública, debido a que las cifras son preocupantes.

“Los alimentos insalubres plantean amenazas para la salud a escala mundial y ponen en peligro la vida de todos: los lactantes, los niños pequeños, las embarazadas, las personas mayores y las personas con enfermedades subyacentes son particularmente vulnerables. Las enfermedades diarreicas afectan cada año a unos 220 millones de niños, de los que 96.000 acaban muriendo”, afirma la Organización Mundial de la Salud.

Los microbios pueden contaminar los alimentos, especialmente las verduras de hoja verde, como la lechuga, en diferentes lugares durante la cadena de producción y distribución del alimento. “Por ejemplo, los microbios en la caca de los animales pueden llegar hasta el agua de irrigación o los campos donde crecen las verduras. Los microbios también pueden pasar a las verduras de hoja verde en las instalaciones donde se las empaca y procesa, en los camiones que se usan para transportarlas, de las manos sin lavar de quienes las manipulan, y en la cocina”, explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Brócoli, lechuga, apio, espinacas y otros vegetales de hojas. Foto: Getty Images | Foto: aluxum

Las enfermedades que son transmitidas por los alimentos, en la mayoría de los casos son de carácter infeccioso o tóxico. Además de ser causados por parásitos o virus también pueden ser causadas por bacterias, que ingresan en el organismo a través de los alimentos contaminados o el agua.

El portal web de CSA Seguridad Alimentaria menciona las bacterias más comunes en los alimentos:

Salmonella: huevos crudos y sus derivados como mayonesa, queso. También suele aparecer en carne de aves crudas o poco cocinadas como el pollo.

Campylobacter: el principal alimento en el que se puede transmitir es la carne de pollo, el pescado crudo (que no haya pasado por un previo proceso de congelación) y la leche sin pasteurizar.

Eschericchia coli: esta bacteria se puede encontrar en aguas contaminadas y carnes crudas o poco cocinadas.

Listeria monocytogenes: se puede encontrar en quesos blandos, leche cruda y productos ahumados o conservados.

Así se debe desinfectar:

1. Lavarse muy bien las manos con agua y jabón por 20 segundos antes y después de preparar las verduras.

2. Retirar las hojas que estén dañadas, especialmente las hojas exteriores de los repollos y lechugas.

3. Abrir la llave y enjuagar las hojas bajo el agua. Utilizar las manos para frotarlas con suavidad y eliminar la suciedad.

4. Con un paño limpio secar las verduras.

5. Algunas personas tienen por costumbres remojar las verduras de hoja verde en el lavamanos por varios minutos. Esto no es bueno, porque al dejarlas en remojo los microbios que estén en una hoja pueden propagarse a las demás.