Aunque al principio de la pandemia existían diferentes estrategias para contrarrestar al nuevo coronavirus, como el aislamiento preventivo, varios estudios recientes han demostrado que usar el tapabocas es probablemente el arma más eficaz para prevenir la transmisión del virus. Según los nuevos hallazgos, no solo previenen que quien los porta contamine a otros sino también que se contagie a sí mismo.  En un editorial en la revista Jama, varios expertos consignan la amplia evidencia científica sobre este elemento de protección personal. Estudio tras estudio, los investigadores han podido demostrar que este tipo de estrategia realmente ayuda a reducir la infección. Uno de ellos encontró, por ejemplo, que los tapabocas han sido claves para evitar el contagio de covid-19 entre personal de la salud en la red de hospitales que hacen parte del Mass General de Massachussetts, Estados Unidos. 

Robert Redfield, director de los centros de control y prevención de las enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) y uno de los autores del editorial, comentó que la pandemia se podría controlar si en las próximas ocho semanas “todos nos pusiéramos el tapabocas”. Aún taparse la cara con cualquier trapo o tela resulta más efectivo que no tener nada.  Otro estudio, hecho por expertos de la Universidad de California y publicado en The New England Journal of Medicine, encontró que el tapabocas puede incluso reducir la cantidad de virus que entra al organismo de modo que, si la persona se contagia, la enfermedad no sería tan severa. Aunque algunas partículas del virus pueden traspasar esa barrera, la enfermedad sería mucho menos severa si llega a darse. La teoría de la importancia de la carga viral no está confirmada,pero recientes experimentos muestran que mientras más carga haya más probabilidad de que desarrollen los síntomas. 

El editorial llega en el momento en que muchos países discuten si pueden obligar o no a los ciudadanos a usarlos cuando estén en sitios públicos y tiendas. Un análisis publicado en el British Medical Journal encontró que estos protectores faciales son recomendados u obligatorios en por lo menos 160 países para reducir la transmisión de coronavirus. 

La gran pregunta es cuál tipo de tapabocas es el mejor. Todo parece indicar que muchos logran diferentes niveles de protección. Un estudio hecho por investigadores de la Florida Atlantic University encontró que, de todas las mascarillas que estudiaron, aquellas hechas en casa, que cubren bien la cara y tienen dos capas de tela de algodón, resultaron efectivas para reducir la cantidad de gotitas del virus en el organismo.  Para el experimento utilizaron un maniquí al que le pusieron diferentes máscaras para conocer su efectividad al momento que botaba gotitas ya fuera con la fuerza de la tos, el estornudo o al hablar. Con la máscara de algodón observaron que estas viajaron seis centímetros en promedio y el escape mayor se dio en los espacios libres entre la nariz y la cara. Las bandanas, los pañuelos y otros artículos que no están muy ajustadas a la cara son aún menos efectivos pues mostraron que dejaban salir las gotitas hasta a 9 centímetros de distancia. Las que tienen forma de cono botan gotitas a un promedio de 20 centímetros y en los que no tenían nada puesto en la cara, las partículas viajaron hasta 30 centímetros.  Un estudio de caso, hecho por expertos australianos y publicado en el la Revista Thorax, encontró que un protector de cirugía hecho de tres capas de un material no tejido reducía las gotitas que se diseminan cuando la persona habla, tose o estornuda. Estas fueron más efectivas que las de dos capas de tela de algodón. Al parecer la eficacia disminuye en la medida en que estas son más delgadas. 

Aunque utilizar tapabocas caseros ayuda, no son lo suficientemente efectivos en la prevención contra el virus, puesto que la porosidad de la tela o la espuma con la cual se fabrican permite la circulación del virus hacia otras personas. Algunos han determinado que la efectividad de un tapabocas casero es del 40 por ciento. Las más efectivas son las mascarillas certificadas como la N95. Actualmente existen opciones más económicas como el tapabocas KN95 o el FFP2 cuya protección, según Redfield, es igual a la del N95.  Certificado Efectividad (%) N99/FFP3 99% N95/KN95/FFP2 95% FFP1 80% Tapabocas Casero (Tela) 20%-40% Tapabocas de Espuma 10%-20% La tabla muestra el tipo de certificado de cada tapabocas y la efectividad asociada a éste. El N99 y el FFP3 serían los más seguros, aunque estos suelen estar reservados para trabajadores en hospitales y centros de salud, al igual que el tapabocas N95. No obstante, es posible conseguir otras opciones igual de seguras como el KN95, el FFP2 cuya efectividad es igual a la del N95. “Una de las claves para derrotar al virus es permitir que las personas tengan acceso a tapabocas certificados”, afirma Redfield.  A pesar de esta evidencia, la gente debe continuar con las medidas de higiene y distanciamiento social que han sido establecidas. Y lo más importante, la gente debe aprender a hacer un buen uso de ellos: a no quitárselos mientras están afuera y asegurarse de que les cubren nariz y boca.