Este martes 19 de octubre se conmemora el Día Internacional del Cáncer de Mama, uno de los cánceres que más vidas arrebata en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con corte al 21 de septiembre, en lo corrido de este 2021 se han detectado 2,26 millones de casos nuevos de cáncer de mama, encabezando el listado de los cánceres más comunes a nivel mundial.
La máxima autoridad en salud reseña que en lo que va del 2021, el top seis de los cánceres que nuevos casos han reportado lo encabeza el cáncer de mama, seguido por el cáncer pulmonar, con 2,21 millones de defunciones a nivel mundial. Le siguen el cáncer colorrectal y de próstata con 1,93 millones de casos y 1,41 millones de casos, respectivamente y cierran el listado el cáncer de piel (no melanoma) y el cáncer gástrico con 1,41 millones de casos y 1,09 millones de casos reportados, cada uno.
El cáncer es definido por la OMS como un “término genérico que designa un amplio grupo de enfermedades que pueden afectar a cualquier parte del organismo; también se habla de tumores malignos o neoplasias malignas”.
Destaca que una característica propia del cáncer es la multiplicación rápida de células anormales que se extienden más allá de sus límites habituales y pueden invadir partes adyacentes del cuerpo o propagarse a otros órganos, un proceso que se denomina metástasis, la principal causa de muerte por cáncer.
“El cáncer se produce por la transformación de células normales en células tumorales en un proceso en varias etapas que suele consistir en la progresión de una lesión precancerosa a un tumor maligno”, reseña el organismo internacional. Las alteraciones en mención son el resultado entre la interacción entre los factores genéticos del paciente y tres categorías de agentes externos, descritas por la OMS:
- Carcinógenos físicos: como las radiaciones ultravioletas e ionizantes.
- Carcinógenos químicos: como el amianto, los componentes del humo de tabaco, las aflatoxinas (contaminantes de los alimentos) y el arsénico (contaminante del agua de bebida), y
- Carcinógenos biológicos: como determinados virus, bacterias y parásitos. La OMS mantiene una clasificación de los agentes cancerígenos a través de un órgano especializado, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC).
“La incidencia de esta enfermedad aumenta muchísimo con la edad, muy probablemente porque se van acumulando factores de riesgo de determinados tipos de cáncer. La acumulación general de factores de riesgo se combina con la pérdida de eficacia de los mecanismos de reparación celular que suele ocurrir con la edad”, advierte la OMS.
La Organización Mundial de la Salud señala que el cáncer es una de las causas principales de muerte en todo el mundo, provocó casi 10 millones de fallecimientos en 2020. En ese sentido, los cinco tipos de cáncer que más fallecimientos causaron en el año de la pandemia fueron encabezados por el cáncer pulmonar, que reportó 1,8 millones de defunciones.
El segundo y tercer lugar lo ocuparon el cáncer colorrectal y el hepático, con 935.000 y 830.000 defunciones, respectivamente. El top cinco lo cerraron el cáncer gástrico y de mama, con 769.000 y 685.000 defunciones, cada uno.
“Entre el 30% y el 50% de los cánceres se pueden evitar”, adelanta la OMS. Explica que para lograrlo es importante realizar algunos cambios en el estilo de vida, los cuales ayudarán a reducir los factores de riesgo de padecer algún tipo de cáncer. Así como se pueden poner en práctica estos cambios, la prevención también tiene que ver con una detección temprana, el tratamiento y los cuidados adecuados de la enfermedad. “Si se detectan a tiempo y se tratan adecuadamente, las posibilidades de recuperación para muchos tipos de cáncer son excelentes”, agrega el organismo.
En palabras de la OMS, hay las medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de padecer cáncer, tales como:
- Evitar consumir tabaco.
- Mantener un peso corporal saludable.
- Consumir una dieta saludable en la que se incluyan frutas y verduras.
- Realizar actividad física de forma regular.
- Evitar el consumo nocivo del alcohol.
- Evitar la radiación ultravioleta (que resulta principalmente de la exposición al sol).
- Reducir (en la medida de lo posible) la exposición a la radiaciones ionizantes (por motivos profesionales o durante la realización de pruebas de diagnóstico por la imagen).
- Reducir la exposición a la contaminación del aire exterior e interior, incluida la exposición al radón (un gas radiactivo que se produce al desintegrase de forma natural el uranio). La exposición al radón puede producirse en hogares y edificios).