Es poco probable que a la gente no le guste el queso. Generalmente, a la mayoría de las personas les encanta este producto lácteo, que además viene en diferentes formas, tamaños, sabores y texturas capaces de cautivar los paladares más exigentes. Sin embargo, muchas veces la mentalidad de que ‘el queso engorda’ es uno de los factores por el cual queda restringido su consumo.

Los lácteos fermentados como el queso tienen una serie de propiedades beneficiosas para la salud. Además, su composición nutricional es rica en proteínas, minerales y vitaminas, por lo que no debe desaparecer de la dieta, según el portal Palancares.

El magazín Women’s Health señala que el queso al ser un alimento rico en proteínas, ayuda a sentirse saciado antes y además, es un buen aperitivo. También afirma que existen quesos con un aporte extra de proteínas, muy adecuados para las dietas, los adultos mayores y los deportistas.

Los quesos más madurados son más fácilmente tolerados por las personas intolerantes a la lactosa. | Foto: Getty Images

Por esta razón, es fundamental saber cuáles son los más recomendados para consumir en una rutina de alimentación equilibrada e ideales para una vida deportiva. Para esto, la doctora Juana María González, dietista nutricionista y directora técnica de Alimmenta, explica el universo de los quesos y su relación con la dieta.

¿Qué es el queso?

Los quesos, a medida que van madurando van perdiendo agua y tomando consistencia. Los quesos frescos son blandos y acuosos mientras que los quesos más firmes van ganando dureza y perdiendo agua según van estando más curados.

Este proceso concentra las proteínas, los nutrientes y grasa láctea, aumenta su aporte calórico y va reduciendo la lactosa, siendo los quesos más madurados, más fácilmente tolerados por las personas intolerantes a la lactosa. Generalmente, los quesos frescos tienen un contenido en lactosa variable, entre el 1,5 y el 4 % (la leche tiene 5 %).

Por otro lado, el queso mascarpone se fabrica de manera diferente, no sufre una fermentación y maduración, sino una coagulación en medio ácido de la nata de la leche. Este proceso es parecido para el queso ricota y el requesón. Por esta razón, el queso mascarpone tiene más grasa sin haber sufrido una maduración, porque la materia original es la nata de la leche.

Los quesos frescos son los más recomendados y los que menos engordan. La ración de queso fresco además es más alta. Mientras que la ración de queso fresco serían entre 60-100 g, la ración equivalente para un queso curado serían 20-30 g.

Los quesos frescos naturales, no sus versiones light o 0 %, con menor contenido graso son el queso quark, ricotta y cottage. Estos quesos aportan 100 kcal por cada 100 g y tienen un aporte de grasa del 4 %. El siguiente grupo de de quesos frescos con un valor energético algo mayor, hasta 160 kcal por cada 100 g, son el queso Burgos o el requesón, la ración equivalente para 100 kcal serían 60 g de queso y tienen 11-12 % de contenido graso.

Las versiones 0 % de estos quesos suelen aportar entre 50 y 70 kcal por 100 g así que serán los quesos con menor contenido energético. La ración equivalente serían 165 g para 100 kcal. O simplemente tomando 80-100 g de ración ya estaremos aportando menos calorías a esa comida.

El queso feta y mozzarella son quesos con un valor calórico mayor, a mitad de camino entre los quesos frescos y los curados. Su ración equivalente serían 40 g.

Tipos de quesos para la dieta

Parmesano

  • El favorito para los amantes de la pasta.
  • Además de su sabor y aroma únicos, este delicioso derivado de la leche mejora la digestión y la salud intestinal, según el portal Saber Vivir.
  • También se puede servir como una entrada o postre cortado en cubos y acompañado de embutido o frutas.

Requesón

  • Resulta ideal para las dietas hipocalóricas, ya que es bajo en grasas. También es bajo en sodio, lo cual es perfecto para cuidar de la salud cardiovascular.
  • Además, como todos los quesos, también es fuente de proteínas y vitamina D.
  • Se puede consumir solo o como ingrediente en ensaladas, para preparar unas tostadas o acompañando una receta de pasta.

Cheddar envejecido

  • Se recomienda consultar al especialista antes de su consumo.
  • El queso cheddar es un queso que a medida que madura, su sabor se va agudizando.

Feta

  • Este queso de origen griego se elabora con leche de cabra y de oveja.
  • Es bajo en calorías y en grasa. Sin olvidar que también es una buena fuente de vitamina B, calcio y fósforo.
  • Una de las maneras más habituales de llevarlo a la mesa es en ensalada.

Recomendaciones generales:

  • Asegurar una ingesta adecuada de frutas y vegetales para ayudar a controlar la ración de los quesos.
  • Evitar picar quesos curados o semicurados entre horas porque su valor energético es elevado y será más recomendable adelantar esa comida o haber hecho una comida intermedia dos a tres horas antes (una merienda antes de cenar o una media mañana antes de comer o desayunar).
  • El magazín Men´s Health sugiere que para los amantes de los quesos curados, es ideal ponerlos en una ensalada, añadirlos rallados a una verdura o a una pasta. Igualmente, se pueden consumir en el desayuno con vegetales en tostadas. O tomar una ración de 20-30 g con la comida principal.