Uno de los principales retos para los amantes de la ropa o prendas de vestir oscuras es el desgaste de color que muchas de ellas tienen, tornándose grisáceas y obligando a que el ciclo de vida de estas se torne corto debido a que rápidamente se desgastan o pierden el atractivo original.
Frente al particular, la clave o secreto del cuidado de estas prendas se deriva del proceso mismo de lavado, y la forma como se manipulan ellas en pro de la conservación, con el objetivo de que los colores intensos de la ropa negra y/ o oscura, evitando así que las prendas se conviertan en ‘viejas’ a las pocas lavadas.
Uno de los primeros tips para propender por la buena conservación de las prendas oscuras, más precisamente de camisas y camisetas, viene dado por el uso de determinados tipos de desodorante y los rastros que estos suelen dejar en esta ropa.
Si bien en el mercado existen productos especializados que prometen no dejar rastros de desodorante en la ropa, en algunos casos las promesas no son en la práctica una realidad, y estos productos terminan por también dejar su ‘huella’.
En ese sentido, y teniendo en cuenta que muchas personas utilizan la lavadora para efectuar la labores de aseo de sus prendas de vestir, dejando de lado el ‘lavado a mano’, es importante precisar que el retiro previo de los rastros de desodorante ayudarán a una mejor conservación de la ropa.
Para ello, es importante que al menor la zona de las axilas pueda ser lavada previamente a mano antes de enviar la ropa a la lavadora, evitando que esa zona comience a tomar una coloración ‘blancuzca’.
De igual modo, teniendo en cuenta que mucha de esta ropa puede llegar a desteñir, es importante la separación de prendas por color o tonalidades, con el objeto de que la ropa oscura no termine por dejar residuos de coloración en la ropa clara; e incluso viceversa.
Así, también previo a las primeras lavadas, y con el ánimo de evitar que la ropa oscura se destiña, dentro del saber popular existen algunas estrategias para hacer que el color ‘se adhiera mejor a la ropa’.
Frente a ese particular, el ‘secreto mágico’ consiste en previo a la primera lavada, remojar por espacio de una o media hora las prendas oscuras en un balde con agua tibia y sal.
Una vez transcurrido ese tiempo, la prenda se debe escurrir para liberar el sobrante de tinte, y posteriormente sí enviar a la lavadora.
En cuanto al uso de la lavadora, para la ropa oscura; y en algunos casos para la ropa clara, es recomendable dar vuelta a la prenda, con el objeto de protegerla ante eventuales consecuencias como el surgimiento de motas, e incluso los rastros de jabón.
En esos casos, ante el surgimiento de algunos de ellos, es recomendable retirarlas de manera inmediata para evitar que sigan contribuyendo al deterioro de la ropa y al mal aspecto.
De la misma manera, los rastros de jabón se pueden minimizar evitando el uso de jabones en polvo; los cuales dejan mayores rastros, y en caso de decidir usar estos, es mejor ‘desatarlo’ o diluirlo previamente con el objetivo de minimizar los escenarios en que este termine ‘pegado a la ropa’.
En el proceso de lavado, en el caso de la ropa negra y oscura, es recomendable el uso de agua a temperatura fría, lo que contribuye a que la coloración de la ropa se vea menos expuesta o afectada.
Al retirar la ropa y proceder al secado, es mejor extender esta, buscando evitar que quede arrugada, lo que también contribuye a la conservación de la forma de la prenda.
Al igual que en el proceso de lavado, es recomendable que la ropa oscura se seque por el revés, y que se haga a la sombra, pues muchas veces los rayos del sol pueden afectarlas debido a los efectos decolorantes de la luz.
En medio del proceso de lavado, y en una recomendación transversal también para la ropa clara, se recomienda que antes de meter a la lavadora, se puedan cerrar los broches y botones para evitar que el movimiento de la máquina termine por deformar las prendas.