El estrés es la forma en que el cerebro y el cuerpo responden a un desafío o exigencia, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Asimismo, señala que hay dos tipos principales de estrés:
- Estrés agudo. Este es estrés a corto plazo, es decir, que desaparece rápidamente. Puede sentirse cuando se pelea con la pareja o con un amigo. También ocurre cuando se hace algo nuevo o emocionante. Todas las personas sienten estrés agudo en algún momento u otro.
- Estrés crónico. Este es el estrés que dura un periodo prolongado. Se puede tener estrés crónico si se tienen problemas de dinero, un matrimonio infeliz o problemas en el trabajo. Cualquier tipo de estrés que continúa por semanas o meses es crónico.
Sobre la misma línea, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, indica que el estrés que no se controla puede contribuir a muchos problemas de salud, como la presión arterial alta, las enfermedades cardíacas, la obesidad y la diabetes.
Además, para el doctor Roberto Sunkel, médico psiquiatra de la Universidad de Chile, “un mal manejo del estrés puede llevar a un aumento del riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos como trastornos depresivos o trastornos por ansiedad, que pueden incluir ataques de pánico y/o ansiedad generalizada y trastorno por uso de sustancias. De igual manera, ante eventos traumáticos se puede presentar el trastorno por estrés agudo o trastorno por estrés postraumático”.
Adicional, el especialista señala que las mujeres son quienes tienden a presentar mayores tasas de estrés, pues en general tienen a cargo un gran número de roles, lo que generaría una mayor sobrecarga y preocupaciones, en diferentes aspectos: familiares, económicos, y laborales. Por el contrario, en los hombres, es más probable que el estrés pueda desencadenarse a causa de temas netamente laborales.
No obstante, otras causas de estrés incluyen: casarse o divorciarse, empezar un nuevo empleo, la muerte de un cónyuge o un familiar cercano, despido, jubilación, tener un bebé, mudanza, tener una enfermedad grave, problemas en el trabajo y problemas en casa.
Así las cosas, según el doctor, los síntomas físicos que pueden presentarse a causa del estrés son: dolor en el pecho, palpitaciones, sudoración, tensión muscular, inquietud en los movimientos, insomnio, molestias abdominales (dolor, diarrea o estreñimiento) o bruxismo. Sin dejar de lado que, dentro de los síntomas psicológicos, predomina la sensación de intranquilidad, incertidumbre o de que algo malo va a ocurrir.
Por tal razón, el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos determina que es importante aprender a reconocer qué desencadena el estrés y que técnicas de afrontamiento funcionan para cada persona. Algunas de las actividades que se pueden realizar son:
- Hacer ejercicio. Una caminata diaria de 30 minutos puede ayudar a que la persona se siente mejor y a mantener fuerte su sistema inmunitario, para que no se enferme.
- Comer saludablemente y con regularidad. Una alimentación saludable incluye grasas, proteínas, carbohidratos, frutas y verduras.
- Mantener la misma rutina de sueño y dormir lo suficiente. La mayoría de los adultos necesita siete a ocho horas de sueño por noche para una buena salud y funcionamiento mental.
- Evitar consumir cafeína en exceso, como refrescos o café. La universidad sueca de Linkoping señaló que “lo recomendable es tomar menos de 500 miligramos de cafeína al día, lo equivalente a cuatro o cinco tazas de café solo. Una cantidad mayor suele estar relacionada con aceleración cardíaca, insomnio, irritabilidad, visión borrosa y mareos”.
- Identificar los pensamientos negativos e inútiles y poner como meta superarlos.
- Hablar con amigos o familiares que pueden ayudar a sobrellevar esto de manera positiva. El contacto social es un buen calmante para el estrés, porque puede ofrecer distracción, brindar apoyo y ayudar a tolerar los altibajos de la vida.
- Realizar actividades relajantes y se para ello se puede buscar una aplicación o un programa de bienestar que utilice ejercicios de respiración, meditación o relajación muscular.