A través de la historia, una de las bebidas más importantes, tanto para el desarrollo de los niños, como infaltable en millones de recetas, es la leche. Sin embargo, durante los últimos años, cientos de personas, algunos por poca tolerancia y otros por razones ambientales, han restringido el consumo de leche a sustancias de tipo vegetal o a eliminarlas de sus vidas por completo.

Una de las principales preguntas sobre el consumo de esta bebida es qué tan necesaria resulta para los adultos o ancianos; duda que un estudio de la Universidad de Harvard en Estados Unidos resolvió hace algún tiempo.

El artículo llamado ‘Milk and Health’, publicado en el New England Journal of Medicine en una edición de 2020, explica qué tan beneficioso puede ser para un adulto incluir frecuentemente la leche en su dieta, y asegura que para una persona que busque una rutina alimentaria saludable no es necesaria, e incluso, si se consume en exceso esta puede llegar a ser perjudicial.

Según recalcan en el estudio, se argumentó las razones por las que no es necesario que un adulto o adolescente consuma tres porciones diarias de productos lácteos, afirmando que si bien, el calcio y los nutrientes que la leche tiene hace que los huesos de los niños puedan crecer, esto no tiene el mismo efecto en los adultos.

Al parecer, los investigadores encontraron que en aquellos países en los que los adultos consumían frecuentemente leche, también eran más propensos a sufrir fracturas en la cadera, así como de desarrollar cáncer de próstata o de endometrio, según el caso.

“El consumo total de lácteos no se ha relacionado claramente con el peso control o a los riesgos de diabetes y enfermedades cardiovasculares. El alto consumo de productos lácteos es probable que aumente los riesgos de cáncer de próstata y posiblemente cáncer de endometrio, pero reduce el riesgo de cáncer colorrectal”, explicó el estudio publicado en el New England Journal of Medicine.

Ante eso, y sumando las propiedades de los productos lácteos, como la grasa saturada de la leche o el alto nivel de azúcar en algunos sustitutos vegetales, los científicos afirmaron que era mejor optar por otro tipo de alimentos que brinden el calcio necesario, sin necesidad de que sean lácteos, como las verduras, el jugo de naranja, o el tofu, entre otros.

“La leche de vaca incluye una combinación compleja de macronutrientes, micronutrientes y factores promotores del crecimiento que pueden contribuir a la nutrición; sin embargo, todos estos nutrientes pueden ser obtenidos de otras fuentes”, aseguraron los científicos, recalcando que el consumo de leche no es tan beneficioso para los adultos.

Y recomendaron: “Para el calcio, col rizada, brócoli, tofu, nueces, frijoles y jugo de naranja fortificado; para la vitamina D, los suplementos pueden proporcionar una ingesta adecuada a un costo mucho menor que la leche fortificada”.

Incluso, en su estudio se habló a cerca de los daños al medio ambiente que puede representar el consumo masivo y frecuente de productos lácteos. “Los efectos de la producción láctea, particularmente la producción a escala industrial, en la producción de gases de efecto invernadero y el cambio climático, el uso y la contaminación del agua, y la resistencia a los antibióticos son grandes, potencialmente de 5 a 10 veces mayor por unidad de proteína que los efectos de producción de alimentos de soya, otras legumbres y la mayoría de los granos”, alertaron los científicos.