Es bien sabido que cuando un medicamento se desarrolla debe pasar varios filtros para poder ser comercializado, distribuido y entregado a un paciente, pueden pasar varios meses, pero el más reciente estudio realizado por la Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica, Fifarma, reveló con exactitud cuánto tiempo tarda dicha medicina en llegar a manos de un paciente.
Esto, teniendo en cuenta que debe pasar por la FDA, o sea la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos o la EMA, Agencia Europea de Medicamentos; luego de ser estudiado y aprobado un medicamento por cualquiera de estas dos instituciones, puede ser comercializado y distribuido regularmente.
Sin embargo, el tiempo que transcurre desde el momento en el que este se aprueba y el instante en que puede ser administrado y aplicado o consumido por un paciente puede llegar a superar los mil días. Refiriéndose específicamente a 185 medicinas oncológicas y de enfermedades huérfanas.
Así las cosas, el estudio develó que en toda Latinoamérica es muy bajo el acceso de los pacientes a los medicamentos innovadores (que han sido desarrollados en los últimos 7 años) aprobados a nivel mundial para el tratamiento del cáncer y de las enfermedades huérfanas, con una tasa media de disponibilidad del 13 %.
Asimismo, el retraso entre la autorización de comercialización de estos medicamentos y el acceso de los pacientes varía entre 541 días y 1338 días (entre un año y medio y casi 4 años), dependiendo de la fecha reglamentaria utilizada, y del país en cuestión.
El estudio devela que la disponibilidad de medicamentos se limita a subpoblaciones específicas de pacientes, se restringe a un número limitado de centros de tratamiento o se reembolsa según el nombre del paciente.
- Tiempo promedio de disponibilidad (fecha FDA): 3.83 años (1397 días) en medicina oncológica; 3.75 años (1370 días) en medicina para enfermedades huérfanas. Y en conjunto, 3.67 años (1338 días).
- Tiempo medio de disponibilidad (fechas locales): 1,73 años (630 días) en oncología; 1,39 años (509 días) para enfermedades huérfanas y la cifra combinada, está en 1,48 años (541 días).
- En el caso Colombia: La demora no es que el medicamento se apruebe, sino que llegue al paciente, pues esta espera puede tomar cerca de 1.294 días.
Por su parte, la directora ejecutiva de Fifarma, Yaneth Giha, manifestó a SEMANA -en el marco del 19° seminario latinoamericano de periodismo en ciencia y salud-, que la cifra (en días) era realmente alarmante, ya que los pacientes padecen muchos dolores antes de recibir la medicina, lo que ocasiona muchas veces empeoramiento de la enfermedad.
“Quienes hacemos parte de los sistemas de salud de América Latina tenemos una oportunidad única de innovar en los mecanismos para que estos medicamentos lleguen de la manera más rápida y oportuna a quienes más los necesitan: los pacientes”, agregó.
De la misma manera, al ser aprobados por los organismos reguladores, los medicamentos están autorizados para su comercialización en el país. En esta etapa, no hay reembolso de los pagadores públicos y privados y los pacientes suelen pagar la totalidad de los gastos de bolsillo.
Los medicamentos están completamente disponibles a nivel nacional para una amplia población, tanto en el mercado público como en el privado. Pero la disponibilidad total suele estar vinculada a la lista del formulario nacional, respectivamente, las recomendaciones positivas de HTA o la adquisición central.
En el caso de Colombia, en cuanto a los medicamentos disponibles a través de Mipres (herramienta tecnológica donde se reporta prescripción de tecno-medicina) y aunque están disponibles rápidamente, los medicamentos no son de libre acceso, y solo se dirigen a una parte de la población colombiana.
Asimismo, destacan que la sindemia, que es cuando varias fuentes de morbilidad se unen para producir resultados de salud interrelacionados y peores, es otro de los factores que dificultan la entrega de dichas medicinas.
Sumado a esto, la migración que ha llegado a niveles sin precedentes, teniendo un gran impacto en lo económico, ambiental, político, sociocultural y en la salud.
Cómo prevenir: Con compromiso político al más alto nivel: prioridad y sostenibilidad, recursos, marco legal. Implementando programas de inmunización fuerte y sostenible: capacitación, suministros, recursos económicos, red de frío, logística, comunicación social, investigación, monitoreo y evaluación, es decir, con la vacunación.