El matrimonio que dura toda la vida reduce el riesgo de padecer demencia en la vejez, según un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Noruego de Salud Pública (NIPH/FHI) y que fue publicado en el Journal of Aging and Health.
Para alcanzar esta conclusión, los investigadores observaron durante 24 años a diferentes parejas y personas de distinto estado civil, desde los 44 hasta los 68 años, e investigaron si este estado estaba relacionado con un diagnóstico clínico de demencia o deterioro cognitivo leve (DCL) a los 70 años.
De esta forma, los expertos hallaron que el grupo que estuvo casado durante todo el periodo tuvo una menor incidencia de demencia, mientras que las personas solteras o divorciadas eran las que tenían un mayor riesgo.
“Esta encuesta indica que estar casado y el menor riesgo de demencia están relacionados, pero no sabemos el motivo. Una teoría ha sido que las personas que están casadas viven vidas más sanas y que esto explica las diferencias en el riesgo de varias enfermedades”, afirman.
“En esta encuesta, no encontramos apoyo para las diferencias de salud entre personas casadas y solteras que explicarían la diferencia en el riesgo de demencia”, detallan los expertos.
Al mismo tiempo, en el estudio se ha puesto de manifiesto que tener hijos reduce hasta en un 60 % el riesgo de demencia, en comparación con las personas solteras. “Algunas personas han teorizado que si tienes hijos, te mantienes más comprometido cognitivamente”, agregan.
Por ejemplo, “tienes que tratar con personas y participar en actividades que de otro modo no tendrías que hacer. Esto estimula tu cerebro para que posiblemente funcione mejor. De esa manera construyes una especie de reserva cognitiva”, recalcaron.
Los investigadores ahora están analizando más de cerca la importancia de tener hijos para el riesgo de demencia, los tipos de trabajo que tienen las personas y cómo la edad de jubilación puede afectar el riesgo.
El ejercicio de seis minutos que actúa con el Alzhéimer
El Alzhéimer “es un trastorno neurológico progresivo que hace que el cerebro se encoja (atrofia) y que las neuronas cerebrales mueran”, explica la Clínica Mayo, que añade que en esta enfermedad las capacidades cognitivas se van deteriorando, por lo que la persona ve afectada su calidad de vida, y por esto, requiere de un acompañamiento o la dependencia de otro.
Por ahora, esta enfermedad no tiene cura, solo los medicamentos prescritos por un profesional de la salud, pueden aliviar los síntomas. Además, los factores de riesgo se enfocan en antecedentes familiares, elevando la posibilidad de desarrollo si algún ser querido de primer grado lo padece.
En ese sentido, de acuerdo con un estudio publicado en The Journal of Physiology, los ejercicios de alta intensidad pueden ayudar a retrasar la aparición de los síntomas. Entre los ejercicios, se mencionó que el ciclismo, pues, este ayuda a aumentar la producción del factor neurotrófico o BDNF, una proteína que es fundamental para la formación y almacenamiento de recuerdos, memoria, entre otros factores cognitivos.
“El BDNF se ha mostrado prometedor en modelos animales, pero las intervenciones farmacológicas no han logrado aprovechar su potencial protector cerebral de forma segura en humanos” aseguró Travis Gibbons, autor principal del estudio.
Por ello, el científico reveló que la práctica de ejercicios de intesisdad, el ayuno de 20 horas y el ayuno combinado con el ejercicio puede tener una influencia mayor en la producción de BDNF.
*Con información de Europa Press.