El tipo de sangre, como el número de identificación, es uno de los datos que se deben aprender las personas desde la infancia. Lo que parece ser una simple letra, explican desde la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, es una información vital para poder tratar a los pacientes.

Son cuatro las clases que existen: tipo A, tipo B, tipo AB y tipo O. La forma precisa para identificarlo es con un examen, pero conocer esta información no solo es necesario para atender a alguien de emergencia, sino que también se ha intentado establecer si podría ser de ayuda para prevenir el desarrollo de enfermedades.

Recientemente, un estudio realizado con un grupo de cinco millones de personas en Suecia encontró que el tipo de sangre puede estar asociado a algunas afecciones. | Foto: Getty Images

Recientemente, un estudio realizado con un grupo de cinco millones de personas en Suecia encontró que el tipo de sangre puede estar asociado a algunas afecciones. Los resultados de este trabajo fueron compartidos por eLife, una plataforma sin ánimo de lucro que difunde información médica.

Como indican los investigadores que llevaron a cabo el análisis, no es la primera vez que se habla de la conexión que existe entre los tipos de sangre y el desarrollo de ciertas afecciones, como la formación de coágulos en el torrente sanguíneo.

Este trabajo reveló nuevos vínculos entre ciertas condiciones de salud y el tipo de sangre. “Para ayudar a llenar este vacío, utilizamos un enfoque imparcial para investigar el vínculo entre los tipos de sangre ABO y los grupos RhD y más de 1.000 enfermedades”, detalló Torsten Dahlén, uno de los autores del trabajo liderado desde Karolinska Institutet en Estocolmo, citado por el medio médico.

El trabajo consistió en una revisión de datos en que se contrastó la información médica de más de cinco millones de personas en el país europeo, con el tipo de sangre de cada uno de ellos y un listado de más de mil enfermedades.

A partir del cruce de esos tres factores, los científicos determinaron que se podía establecer vínculos entre casi cincuenta enfermedades y el tipo de sangre de los humanos.

¿Cuáles fueron las relaciones que hallaron?

  • Tipo A: más propensos a formar coágulos.
  • Tipo B: menor riesgo de presentar piedras en los riñones.
  • Tipo O: mayor probabilidad de presentar una hemorragia. En el caso de las mujeres, específicamente, se identificó que tienen un mayor riesgo de padecer de presión arterial alta durante la gestación.

Los investigadores fueron precisos en aclarar que su trabajo da nuevas puntadas para el diagnóstico de ciertas enfermedades, pero que aún es necesario continuar con estudios similares para identificar si coinciden en los hallazgos.

Este es un tema sobre el que han ahondado los científicos por años, y a partir de los análisis se han podido identificar si el tipo de sangre puede ser considerado un factor de riesgo frente a las condiciones de salud que afectan al ser humano.

De acuerdo con el blog de Select Health, hay investigaciones que concluyeron que las personas de los grupos A y B pueden ser propensas a afecciones autoinmunes, que alteran a los tejidos del cuerpo, como la artritis.

El grupo A también se ha relacionado con una formación mayor de cortisol, mejor conocida como la hormona del estrés.

Inclusive, durante la fase más compleja de la pandemia se adelantaron trabajos que revisaron el vínculo entre los pacientes que resultaban positivos para el coronavirus y su tipo de sangre. Varios estudios en esta línea encontraron que era mayor el número de contagio de personas con tipos de sangre diferentes al O, según detalló la organización sin ánimo de lucro para la protección de la vejez, AARP.

“Ese grupo de gente corre el riesgo de contraer la covid-19, un poco menos que quienes tienen el tipo de sangre A. No significa que el tipo O no tenga nada de riesgo”, aclaró en su momento el especialista Roy Silverstein, de la División de Hematología y Oncología del Medical College of Wisconsin.