Comer bien es, quizás, uno de los consejos que nunca faltan en los portales web especializados en salud, así como en los consultorios médicos o hasta en el propio seno del hogar. Y es que cuando el río suena, es porque piedras lleva, así que si tantos priorizan esta acción, es porque realmente tiene la importancia que dicen.

“Una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, entre ellas la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer. Los hábitos alimentarios sanos comienzan en los primeros años de vida; la lactancia materna favorece el crecimiento sano y mejora el desarrollo cognitivo; además, puede proporcionar beneficios a largo plazo, entre ellos la reducción del riesgo de sobrepeso y obesidad y de enfermedades no transmisibles en etapas posteriores de la vida”, indica la Organización Mundial de la Salud.

La hinchazón del abdomen es un síntoma común, pero si no se toma con seriedad puede causa dolores insoportables. | Foto: Getty Images

Dado lo anterior, la importancia de una dieta balanceada no solamente tiene que ver con lo que se come, sino también con lo que no se come. Esto se debe a que existen alimentos que lejos de ser fuentes de nutrientes, son concentraciones de sustancias o toxinas que pueden perjudicar el funcionamiento de varios órganos o sistemas.

Uno de los efectos negativos que pueden causar estos productos dañinos es el de la inflamación. Esto se refiere a una afectación grave por la que, como su nombre lo indica, se inflama todo el cuerpo. Así, tal acción responde a la falta de riego sanguíneo y puede derivar en fallas en el sistema inmune u otras consecuencias a las que habrá que prestar atención. Se comienzan a dañar cédulas, tejidos y órganos sanos, atrofiando los diferentes sistemas.

En ese sentido, algunos de los alimentos que promueven esa inflamación son los carbohidratos refinados. Todos aquellos productos hechos a base de harinas blancas como el arroz, el pan o la pasta tienen tal impacto porque aumentan los niveles de azúcar en la sangre de manera inestable, suscitando al riesgo de obesidad y diabetes.

Si bien estos son la base alimenticia en los países de América Latina, los nutricionistas aconsejan que sus porciones no ocupen la mayor parte del plato, priorizando mejor otros componentes como las verduras o las proteínas.

Un caso similar es el de las carnes procesadas, tales como el tocino, las salchichas, el chorizo o la mortadela. Sobre estos productos la cuestión radica en el alto contenido de sal, grasas saturadas y nitritos conservantes. No siendo suficiente, cuando se asan o fríen se aumentan todavía más los compuestos inflamatorios, tales como los hidrocarburos policíclicos aromáticos.

Los azúcares añadidos también afectan, ya que cuando su ingesta se da en exceso aumenta el riesgo de sufrir enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes o males cardiovasculares.

Finalmente, es parecido a lo que ocurre con las grasas trans, las cuales aparecen con más índices en comidas como los fritos, las comidas rápidas o los snacks empaquetados.

La acumulación de la grasa afecta varias partes del cuerpo. | Foto: Libre de derechos

Tres bebidas que ayudan a reducir la inflamación abdominal

Para controlar la inflamación abdominal, una afección de la salud más común de lo que se cree, es importante saber en qué consiste, cuáles son las posibles causas, cómo se previene y sobre todo, entender la importancia de la alimentación en este tipo de complicaciones en la salud digestiva.

Aunque este problema no tiende a ser una situación grave o difícil de controlar, existen una serie de personas que logran convivir con este dolor e inflamación la mayoría del tiempo, afectando el desarrollo de sus actividades diarias. No obstante, se debe saber algunos síntomas de alarma para la prevención de esta afección en el estómago.

La inflamación en el estómago está acompañada tensión en el abdomen, calambres leves en estómago, necesidad de expulsar gases, náuseas y muchas veces, fatiga.

Por su parte, el portal web Aquilea señaló que la causa más común y probable de la inflamación en el estómago se debe a una intolerancia alimenticia, por lo que el estómago genera una reacción en su función, por lo que requiere un mayor esfuerzo para digerirlos.

La indigestión lenta, la cual se produce a raíz de comer abundantes cantidades de alimentos, ingerir comida pesada, no reposar tras comer o consumir comida picante, también hace que el estómago se inflame de manera considerada. Otra de las razones por las cuales se presentan problemas de indigestión es por comer mientras la persona atraviesa alguna crisis emocional, la cual cause estrés o alteración.

La inflamación es una reacción del cuerpo que puede generar malestar. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Otra de las causas de esta inflamación es el exceso de gases como consecuencia de la ingesta de alimentos que contribuyen a esta situación, como son las bebidas gaseosas, los espárragos, la col y el brócoli.

Aunque no parezca, una de las razones más comunes que existen para que la inflamación en el abdomen se dé es comer rápido. Teniendo en cuenta que esta práctica no facilita la buena digestión, ya que al no masticar bien y tragar rápido hace que el estómago envíe señales de saciedad al cerebro, por lo que hará que la persona coma más.