El exceso de moco en la garganta, también conocido como mucosidad faríngea o flema, puede ser causado por varias razones.
“La flema es un tipo de mucosidad que se produce en los pulmones y en las vías respiratorias del tracto inferior próximas. Este tipo de mucosidad es de suma importancia porque evita que gérmenes y materiales entren en las vías respiratorias y los pulmones, y puedan causar infecciones. Otras áreas del cuerpo, incluyendo el tracto respiratorio superior (nariz, boca y garganta) y el tracto gastrointestinal (intestinos) también segregan mucosidad”, explica Medical News Today.
También, agrega que, por lo general, “la mucosidad es clara y delgada y no se nota en absoluto. Cuando alguien se enferma de resfriado o una infección, la mucosidad se puede espesar y cambiar de color”.
Algunas de sus causas más frecuentes son las siguientes:
Infecciones respiratorias: Resfriados, gripe, sinusitis y otras infecciones respiratorias pueden provocar un aumento en la producción de moco en la garganta como parte de la respuesta del sistema inmunológico para combatir la infección.
Alergias: La exposición a alérgenos como el polen, el polvo, los ácaros, los hongos o los pelos de animales puede desencadenar una reacción alérgica en la garganta, lo que resulta en la producción excesiva de moco.
Reflujo gastroesofágico: El reflujo ácido puede provocar irritación en la garganta y estimular la producción de moco como una forma de protección contra el ácido estomacal. Esto puede ocurrir tanto en casos de reflujo ácido silencioso como en casos más evidentes de reflujo gastroesofágico.
Tabaquismo: Fumar puede irritar las vías respiratorias y provocar la producción excesiva de moco en la garganta como parte de la respuesta del cuerpo a la irritación.
Cambios climáticos y ambientales: La exposición a aire seco, frío o contaminado puede irritar las vías respiratorias y aumentar la producción de moco.
Consumo de ciertos alimentos: Algunas personas pueden experimentar un aumento en la producción de moco en la garganta después de consumir lácteos, alimentos picantes o alimentos que provocan alergias alimentarias.
Medicamentos: Algunos medicamentos pueden tener como efecto secundario el aumento de la producción de moco en la garganta.
Condiciones crónicas: Enfermedades crónicas como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o la bronquitis crónica pueden provocar una producción excesiva de moco en las vías respiratorias.
Si experimenta un exceso de moco en la garganta de forma persistente o si se acompaña de otros síntomas preocupantes como dificultad para tragar, dolor de garganta persistente, fiebre o pérdida de peso inexplicable, es importante consultar a un médico para recibir un diagnóstico adecuado y un tratamiento apropiado.