La salud del cerebro es uno de los aspectos más importantes en la vida de cualquier ser humano. Sin embargo, en el último tiempo, las afecciones relacionadas con la memoria han aumentado de forma considerable y la enfermedad más común es, precisamente, la pérdida de la misma.
Llevar una dieta sana y equilibra, practicar actividad física regular y tomar de dos a ocho litros de agua al día son algunos de los consejos que brindan los expertos para mantener de manera saludable a todos los órganos del cuerpo, incluido el cerebro.
“La pérdida de la memoria es el olvido inusual. Usted posiblemente no es capaz de recordar hechos nuevos, o acceder a uno o más recuerdos del pasado, o ambos. La pérdida de memoria puede presentarse por un corto tiempo y luego resolverse (transitorio). O puede no desaparecer y, dependiendo de la causa, puede empeorar con el tiempo. En casos graves, tal deterioro de la memoria puede interferir con las actividades de la vida diaria”, explica el sitio web de la Biblioteca de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus.
Neurocientíficos de referencia en el campo de la memoria, Charan Ranganath, director del Laboratorio de Memoria Dinámica de la Universidad de California y autor del libro Por qué recordamos (Península), revelaron cuáles son las cosas que él dejó de hacer tras 25 años estudiando los misterios del cerebro.
“Recordar no es un mero acto mecánico y automático, es más bien un acto creativo que podemos modelar como queramos para mejorar nuestro bienestar. En sus propias palabras no se trata de recordar más, sino de recordar mejor”, reseñó CuerpoMente, según declaraciones del experto.
Hábitos que ‘destruyen’ la memoria
Ser multitasking: Las 24 horas del día, en muchas ocasiones, no alcanzan para abarcar todos las responsabilidades establecidas, obligando a las personas hacer muchas cosas a la vez para llegar a todo, pero esto aunque parezca un buen hábito, no es del todo sano.
Muchos creen que ante la realización de muchas tares, es posible aumentar la productividad, pero lo cierto es que podría traer alteraciones en las funciones, es decir se pierde la concentración y la efectividad. Los efectos pueden ir desde problemas físicos y mentales, aumentando los niveles de estrés y ansiedad.
Por lo anterior, es importante “elegir una tarea para focalizarnos en ella, llevar una agenda que nos permita organizar una cosa detrás de otra, incluso en las relaciones sociales o el tiempo de ocio y tomar tiempo para aburrirse: pasear, meditar, soñar”, preciso el experto.
Dormir mal y la falta de sueño: El descanso “repara, restaura neuronas y disminuye el estrés oxidativo de las células cerebrales para conseguir una especie de ‘reseteo’ para las vivencias del día siguiente”. Incluso, se activan recuerdos y conexiones vividas, por lo que la falta de sueño puede traer efectos devastadores para la corteza prefrontal y conduce a recuerdos fragmentados.
La monotonía: Científicos de la Universidad de Harvard en Charleston, revelaron que las actividades más mecánicas y monótonas “aburren” el cerebro, reduciendo su actividad. Es importante “someter al cerebro a estímulos que lo mantengan activo” y así no pierdan su “agilidad mental”.