Por lo general, cuando se inicia una discusión con otra persona es porque se recuerda un acontecimiento, suceso o conversación que trae malos recuerdos, pero en muchas ocasiones no hay imagen fotográfica de lo que sucedió, por lo que los falsos recuerdos son los que llegan a la cabeza.

De acuerdo con el portal Psicología-Online, los falsos recuerdos son el producto de un mecanismo reconstructivo y no repetitivo porque, precisamente, en la mente no hay ninguna fotografía o película de los acontecimientos que hemos presenciado. Este fenómeno produce que las personas recuerden cosas que nunca han ocurrido o que se recuerden de una forma distinta o distorsiona a la forma en la realmente sucedió.

Existen distintas maneras en las que se manifiestan los falsos recuerdos. La primera es un suceso inventado y este explica la dificultad de distinguir entre recuerdos reales o falsos. El segundo es un recuerdo basado en lo auténtico, pero es alterado. El tercero es un recuerdo combinado, es decir, que se mezclan y se confunden recuerdos. El cuarto es un recuerdo inducido por el sueño placentero o por una pesadilla frustrante. Y el quinto es un recuerdo inducido por la hipnosis, el cual crea confusión y por lo general, mezcla recuerdos auténticos e invenciones del paciente.

Se podría decir que los falsos recuerdos no tienen ningún impacto o causa aparente; sin embargo, estos recuerdos conllevan causas biológicas como la encefalitis, el síndrome de Wernicke-Korsakoff, un trauma y disfunción neurológica, daños en la arteria comunicante anterior, el consumo de drogas y fallas en el proceso de memorización. En general, los pacientes que han sufrido lesiones cerebrales tienden a experimentar falsos recuerdos.

Ahora bien, este tipo de recuerdos también se pueden originar de causas psicológicas como la influencia de personas queridas, la terapia insistente y sugestiva para recuperar recuerdos perdidos y la hipnosis. Según varios estudios, los falsos recuerdos serían el resultado de los esfuerzos del cerebro por actualizar o editar recuerdos pobremente formados utilizando información errónea.

Los falsos recuerdos produce que las personas recuerden cosas que nunca han ocurrido o que se recuerden de una forma distinta o distorsiona a la forma en la realmente sucedió. | Foto: Gettyimages

¿Qué dice la ciencia de los recuerdos falsos?

Investigadores australianos han realizado un estudio en el que, por medio de técnicas conductuales y computacionales, sugieren que el cerebro puede actualizar recuerdos mal formados con información incorrecta, lo que conduce a la creación de la memoria falsa.

Bryce Vissel, del Centro de Neurociencia y Medicina Regenerativa de la Universidad Tecnológica de Sidney (Australia), señala que en el mundo real es probable que muchos recuerdos sean inexactos, “especialmente en situaciones en las que la experiencia fue breve, repentina o muy emotiva, como puede ocurrir a menudo durante un trauma. Los recuerdos inexactos también pueden ocurrir cuando la memoria está mal codificada, potencialmente como resultado de sutiles diferencias en la forma en que cada persona procesa la memoria o a causa de enfermedades como el Alzheimer o la demencia”.

Dicho estudio duró más de seis años, y también demostró que el mismo mecanismo que actualiza los malos recuerdos también puede distorsionarlos gravemente si se produce en una situación equivocada. Los investigadores relatan que encontraron que el mismo proceso puede, en algunas circunstancias, llevar a una actualización incorrecta de la memoria. “También identificamos un mecanismo molecular, llamado reconsolidación, que podría estar mediando este proceso”.

En definitiva, la memoria no es infalible. El ser humano la utiliza constantemente y resulta imposible que sea capaz de almacenar a la perfección todos los estímulos y episodios que se viven a diario. De este modo, las falsas memorias son errores que, aunque son inevitables, es importante conocer el por qué existen y que, si son comunes, existen formas de ayudar a la persona a prevenir errores en los juicios y decisiones que pueda llegar a tomar.