La fibromialgia es una enfermedad que se caracteriza por un dolor tanto en el esqueleto como en los músculos, que es generalizado y genera sensación de molestia a la presión en determinados puntos.
Si bien es un dolor que se parece al originado en las articulaciones, no es una afecciónarticular. “La palabra fibromialgia significa dolor en los músculos y en el tejido fibroso (ligamentos y tendones)”, precisa la Fundación Española de Reumatología.
Este padecimiento puede ocasionar rigidez generalizada, sobre todo al levantarse por las mañanas, y sensación de inflamación en manos y pies. También puede que el paciente experimente hormigueos poco definidos que afectan de forma difusa, sobre todo, las manos, precisa la citada fuente. Explica, además, que con frecuencia el dolor varía en relación con la hora del día, el nivel de actividad, los cambios climáticos, la falta de sueño o el estrés.
Algunos de los síntomas más comunes cuando una persona enfrenta esta afección se reflejan en cansancio, trastornos del sueño y ansiedad o depresión. También se presentan otros signos como falta de tolerancia al esfuerzo, sensación de rigidez generalizada, dolores de cabeza, colon irritable y sequedad en la boca y los ojos.
Una publicación de la revista de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos plantea algunas formas propuestas por médicos expertos para mejorar la calidad de vida cuando se sufre de fibromialgia. Los becarios de investigación de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, Leslie Crofford, de la Universidad de Vanderbilt, y Daniel Clauw, de la Universidad de Michigan, plantean las siguientes opciones.
1. Hacer ejercicio con regularidad. Si bien es posible que al principio cueste moverse, la investigación muestra que aumentar el ejercicio gradualmente puede reducir el dolor. “Empiece poco a poco con movimientos suaves como tai chi o yoga”, dice Crofford, quien explica que en fibromialgia, la comunicación entre el cerebro y el cuerpo es anormal, pero el ejercicio regular ayuda a que el cerebro se acostumbre a los movimientos del cuerpo.
2. Comprender que no hay ninguna pastilla mágica. “Para el dolor crónico no hay ninguna solución fácil”, asegura Clauw. Al igual que con otros problemas crónicos como la diabetes o el asma, el paciente debe asumir un papel activo para controlar los síntomas, haciendo cambios en su estilo de vida. En el mencionado artículo, el experto indica que los médicos que tratan la fibromialgia y otras afecciones que causan dolor crónico solo con medicamentos fracasarán.
3. Disminuir el estrés. El estrés es un desencadenante de la enfermedad y por ello identificar las razones que lo generan es clave para aliviar los síntomas. Para aprender a sobrellevar el estrés emocional y la depresión, Crofford recomienda la terapia cognitivo-conductual.
“Estas estrategias incluyen evitar el diálogo interno negativo, aprender a relajarse, priorizar tareas para conservar energía y hacer frente al dolor cuando se intensifica”, afirma.
4. Dormir lo suficiente. La fatiga y el dolor de la fibromialgia están relacionados y se agravan mutuamente. De acuerdo con la citada fuente, esto se debe a que los neurotransmisores que controlan el dolor también lo hacen con el sueño, el estado de ánimo y la memoria. Por eso es fundamental dormir lo suficiente, siguiendo buenos hábitos como, por ejemplo, acostarse y despertarse o levantarse a la misma hora cada día, reducir las siestas y hacer ejercicio.
5. Probar otros tratamientos sin medicamentos. “La investigación subvencionada por el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integradora de los Institutos Nacionales de Salud muestra que las prácticas de mente y cuerpo pueden ser beneficiosas para la fibromialgia”, explica el artículo.
Además del tai chi y el yoga, hay pruebas de que la terapia cognitivo-conductual, el masaje y la acupuntura mejoran el dolor, la rigidez, la fatiga y la depresión que se genera por causa de este padecimiento.