Un fósil descubierto en la Amazonía por paleontólogos de Perú y Argentina revela detalles de un ‘crimen’ de hace 13 millones de años. Son los restos de un perezoso gigante con 46 marcas de un ataque del depredador terrestre más grande tras la extinción de los dinosaurios, un enorme caimán conocido como Purussaurus.

El caso intriga a los científicos, pues “por mucho tiempo se consideró que en la Amazonía no había fósiles”. Así lo explica el paleontólogo François Pujos, del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales de Mendoza, Argentina. En entrevista con la agencia Sinc, Pujos dice que a mediados del año 2004 un equipo de especialistas viajó por el Ecuador desde la ciudad de Coca hasta Iquitos, en el nordeste de Perú, en busca de fósiles. Fue allí donde encontraron una tibia fracturada que llevaron hasta el Museo de Historia Natural de Lima, un hueso suelto que en principio no parecía tener mucha importancia. Por eso, el fósil quedó olvidado en un rincón de ese edificio en la capital peruana. Envuelto en capas de tela embebida en agua y yeso, el hueso estuvo guardado durante una década hasta que hace poco un técnico del museo lo encontró y decidió estudiarlo. En ese momento el paleontólogo descubrió extraños cortes y descubrió que en la mano tenía los restos de la pierna izquierda de un perezoso con 46 marcas de dientes de uno de los caimanes más grandes que vivió en la Tierra. “El hallazgo es bastante raro”, explica François Pujos, quien detalla que “ninguno de los miles de restos de especímenes de mamíferos encontrados en la Amazonía exhibe marcas de este tipo”.

Su investigación fue publicada por la revista Biology Letters de la Royal Society de Londres, donde detalla que el Purussaurus “poseía un cráneo ancho y grande como el del Tyrannosaurus rex”. Los expertos creen que el animal vivió en América del Sur aproximadamente hace entre 13 millones de años, durante el Mioceno. En países como Brasil, Perú, Colombia y Venezuela se han descubierto fragmentos fósiles del Purussaurus desde el siglo XIX, pero aún hay mucho que no se sabe de esa especie extinta.