El buen funcionamiento de las labores digestivas, es clave para poder desarrollar un día a día sano y saludable. Estas permiten que el cuerpo humano asimile todas aquellas propiedades y beneficios aportados por la alimentación, por lo que también son de vital importancia para fortalecer el organismo.
Un mal cuidado de este sistema y de ciertos hábitos diarios, puede acabar generando algunas afectaciones para la salud que pueden ser muy molestas e imposibiliten la realización de actividades que son consideradas como cotidianas, entre estas dificultades resaltan, cólicos, diarrea, náuseas, vómito o estreñimiento, junto a tantas otras.
De acuerdo con Medical News Today, “las personas pueden experimentar constipación debido a los alimentos que comen o evitan, sus opciones de estilo de vida, los medicamentos que toman o las afecciones médicas que tienen. Para muchos, la causa de su constipación crónica es desconocida. Esto se conoce como constipación idiopática crónica.”
En la búsqueda de soluciones naturales para combatir el estreñimiento, estudios respaldados por investigaciones científicas han identificado el potencial de ciertos alimentos para mejorar la función intestinal. El portal El Diario afirma que entre ellos se encuentran las ciruelas, que han demostrado ser efectivos para revertir los episodios de constipación.
Las ciruelas destacan por su alto contenido de fibra, mientras que la miel contribuye a mejorar la función intestinal debido a la absorción incompleta de la fructosa. Combinar ambos ingredientes resulta en un poderoso laxante natural para tratar el estreñimiento.
Según un estudio publicado en Critical Reviews in Food Science and Nutrition, las ciruelas y sus derivados, como el zumo de ciruelas, pueden evitar el estreñimiento y prevenir el cáncer de colon. Allí, vale la pena destacar que los nutrientes de las ciruelas también pueden ayudar a controlar la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Además, indicó que las ciruelas se pueden clasificar en función de su color en: ciruelas amarillas (de sabor ácido y abundante jugo), ciruelas rojas (muy jugosas y de sabor más dulce que las anteriores), ciruelas negras y ciruelas verdes (claudias, de carne firme y jugosa y gran dulzor).
Sobre el valor nutricional señaló que el principal componente de las ciruelas es el agua, seguido de los hidratos de carbono, entre los que destaca la presencia de sorbitol, de leve acción laxante. En lo que se refiere a su contenido en minerales, el más elevado es el potasio. Sin embargo, el aporte de vitaminas no es relevante, con un contenido pequeño en provitamina A (más abundante en las de color oscuro), vitamina E y K.
“La ciruela pasa posee propiedades digestivas, antihipertensivas, venotónicas, hipocolesterolémicas, hipoglucémicas, antiobesidad, desintoxicantes, antioxidantes y antiinflamatorias. Asimismo, también previene la anemia, protege los huesos y los pulmones. Todas estas propiedades se deben a que es rica en fibras (como la celulosa, hemicelulosa y pectina), hierro, vitamina C y K, sorbitol, polifenoles y flavonoides”, detalla Tua Saúde, portal web especializado en salud.
Los beneficios de esta fruta se deben a su contenido alto de fibras solubles. Estas ayudan a absorber “agua del tracto digestivo, formando un gel que ayuda a regular el intestino, aliviar el estreñimiento y disminuir el riesgo de hemorroides”, agrega el sitio web.
En este contexto, de acuerdo con Gastrolab Web, lo recomendable es comer alrededor de tres ciruelas al día o 150 gramos. Si se desea incluir la ciruela en la alimentación diaria, se puede realizar de diferentes formas: en ensaladas, batidos, jugos, etc. En caso de tener alguna afección de salud específica, se recomienda consultar a un médico y a un nutricionista sobre el consumo de este alimento.
Cabe aclarar que aunque estas preparaciones son de gran beneficio, no son milagrosas, por lo que en caso de que esta molestia persista o incluso se mantenga en aumento, se recomienda la visita a un médico.