Para mantener una buena salud visual se debe llevar una alimentación equilibrada que sea rica en nutrientes que favorezcan la vista. Además, se deben incluir alimentos con un alto contenido de vitaminas A, E y C, las cuales influyen de manera directa en la salud de los ojos.

Por ejemplo, la vitamina A ayuda a mejorar la visión nocturna; la E goza de propiedades antioxidantes, y la C protege de radiaciones ultravioleta. Así mismo, la vitamina C ayuda a evitar problemas como las cataratas, que se originan en la retina o el cristalino.

Sin embargo, cuando se descuida la salud visual se pueden presentar distintas enfermedades como la miopía, hipermetropía, presbicia, astigmatismo, conjuntivitis, glaucoma, cataratas, degeneración macular, ojos secos, pérdida de visión, entre otras.

Para tratar estas enfermedades, es importante acudir al médico para diagnosticar la causa y el tratamiento en cada caso. Adicional a ello, la revista Mejor con Salud aconseja consumir granadilla como coadyuvante al tratamiento médico. Esta fruta originaria de América del Sur concentra en su interior una dosis significativa de vitamina A. Este nutriente estimula la síntesis endógena de colágeno y previene el desarrollo de enfermedades que afectan el funcionamiento de la vista, como es el caso de la degeneración macular.

Granadilla | Foto: Getty Images

Cabe mencionar que la granadilla es una fruta dulce que se caracteriza por una cáscara fuerte y gruesa, de un color anaranjado. Su pulpa está conformada por una serie de semillas negras y comestibles que se recubren de una masa cristalina y transparente con textura gelatinosa.

Otro beneficio que otorgan las semillas de la granadilla es su alto contenido de fibra, lo que favorece el tránsito intestinal y la convierte en un estimulante digestivo y laxante natural, por lo que ayuda a combatir el estreñimiento. De acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, esta afección se caracteriza por deposiciones poco frecuentes o la dificultad de evacuar durante varias semanas.

Como tal, la fibra de esta fruta se fermenta dentro del tubo digestivo, sirviendo de sustrato energético para las bacterias que conforman la microbiota. “Esto se considera especialmente positivo, ya que mantener una microbiota saludable conseguirá ayudar a reducir la incidencia de muchas patologías inflamatorias que afectan al intestino”, señala Mejor con Salud.

Además, expertos afirmaron que el mango es una fruta que también se debe añadir a la dieta para mejorar la visión y la digestión, pues esta fruta previene el estreñimiento.

La digestión permite el aprovechamiento de los nutrientes de los alimentos. | Foto: Getty Images/iStockphoto

El mango contiene diferentes vitaminas y minerales, como vitamina A y vitamina C, magnesio, potasio, polifenoles como mangiferina, kaempferol, ácido benzoico y fibras. Por ello, el consumo diario de esta fruta tropical trae un sinfín de beneficios al organismo, entre los que se destaca la prevención de enfermedades del corazón.

Un solo mango aporta la cantidad diaria necesaria de vitamina A que debe tener el cuerpo. Este tipo de vitamina, según la nutricionista Marta Gámez, directora técnica del Grupo NC de Salud de España, citada por El Mundo, contribuye a mejorar la visión.

Es un alimento que gracias a sus ingredientes bioactivos ayuda a mejorar la digestión y el apetito. “Comer mango con cierta regularidad es una de las maneras más efectivas de bajar de peso con rapidez. Esto es muy útil para las personas que tienen problemas para llegar a su peso ideal”, señala el portal Mejor con salud.

Con el mango, Colombia completa 108 productos agrícolas en fresco que tienen luz verde para ingresar a ese mercado. | Foto: Ministerio de comercio

Según el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde, mejora el sistema digestivo, pues es rica en fibra soluble y esto es ideal para el sistema digestivo.

De hecho, Mayo Clinic explica que la fibra promueve el movimiento del material a través del aparato digestivo y aumenta el volumen de las heces, por lo que puede ser de beneficio para aquellos que luchan contra el estreñimiento o la evacuación irregular.