Acumular gases en el estómago es una situación a la que se enfrentan diariamente millones de personas. Según expertos, la mayoría de los individuos expulsan gases entre 13 y 21 veces al día.
Cuando el gas no puede ser expulsado, es posible que la causa sea la diarrea o el estreñimiento. Y el dolor que puede generar llega a ser tan intenso que los médicos confunden el problema de fondo con una apendicitis, cálculos biliares o incluso enfermedad cardíaca, indica la publicación especializada Medical News Today.
El gas en el estómago principalmente tiene como causa el hecho de tragar aire cuando la persona come o bebe. La mayor parte del gas en el estómago se libera cuando se eructa; sin embargo, hay muchos de ellos que pueden quedar atrapados causando problemas y molestias en el estómago.
“El gas se forma en el intestino grueso (colon) cuando las bacterias fermentan los hidratos de carbono (fibra y algunos almidones y azúcares) que no se digieren en el intestino delgado. Las bacterias también consumen algo de ese gas, pero el gas restante se libera cuando pasa por el ano”, precisan especialistas del instituto Mayo Clinic.
Una de las formas naturales de aliviar el dolor, la hinchazón que pueden provocar los gases es consumiendo probióticos, estos se definen como microorganismos vivos que, ingeridos en cantidades adecuadas, ejercen efectos beneficiosos para la salud del cuerpo en general; estos componentes contienen microorganismos que ayudan a mantener las bacterias buenas del cuerpo que se conocen también como microbiota normal, según explicó el portal.
Los probióticos pueden encontrarse en algunos alimentos, como el yogur natural o kéfir o en forma de suplemento, el cual puede ser comprado en farmacias o tiendas naturistas, pero solo se debe consumir si un médico o un nutricionista lo receta.
En ese sentido, es importante que los interesados consulten con su médico de cabecera antes de consumir estos sin previa guía.
¿Para qué más sirven los probióticos?
- Fortalecen el sistema inmune: los probióticos ayudan a regular la respuesta inmune a nivel de la mucosa intestinal y en todo el cuerpo en general, debido a que aumenta los niveles de inmunoglobulinas y linfocitos. Esto ayuda a proteger al organismo de desarrollar enfermedades de origen inflamatorio e infecciosas.
- Previene la diarrea infecciosa: los probióticos, especialmente los lactobacillus rhamnosus y Bifidobacterium lactis, pueden ser usados para prevenir y tratar algunos tipos de diarreas agudas e infecciosas. Estas, por lo general, son ocasionadas por algún virus o bacteria, como: el rotavirus, causa principal de las diarreas en los niños, o por bacterias, como la salmonella. La terapia probiótica debe alternarse con sales de rehidratación oral y debe hacerse bajo la supervisión y aprobación de un médico especialista.
- Combate enfermedades digestivas: los microorganismos actúan contra la bacteria Helicobacter pylori, un patógeno que causa gastritis tipo B, úlcera péptica y cáncer de estómago. Se cree que los probióticos previenen y tratan este tipo de enfermedades reduciendo los síntomas.
- Previene el cáncer de colon: los probióticos, como los lactobacilos y bifidobacterias, podrían modificar la flora intestinal, generando la reducción de los niveles de sustancias carcinogénicas, previniendo el desarrollo del cáncer de colon. Para que el efecto anticancerígeno de los probióticos sea más eficiente, es necesario consumir, también, alimentos prebióticos, que sirven como alimento de estas bacterias beneficiosas para la salud. Los prebióticos pueden encontrarse en productos como los granos integrales, los plátanos, las hortalizas de hoja verde, las cebollas, el ajo, la soja y las alcachofas.
- Alivia el estreñimiento: diferentes tipos de microorganismos probióticos, L. reuteri, L. casei rhamnosus, Bifidobacterium breve, Bifidobacterium lactis, Lactobacillus casei Shirota, entre otras, pueden actuar en la flora intestinal, reduciendo el estreñimiento tanto en niños como en adultos.