Es normal que cualquier enfermedad que adquiere una mascota preocupe a los amos o cause ansiedad, especialmente si se tiene en casa un gato con fiebre y no se sabe la causa específica del problema. Cuando este síntoma aparece, es importante conocer las causas para proceder a regularla en casa o con ayuda de un veterinario.

De acuerdo con el portal web Gabrica, lo primero que se debe saber es que la forma en como un gato recula la temperatura de su cuerpo es bastante sorprendente, porque puede varias dependiendo del clima. Por ejemplo, en época de invierno, el metabolismo de un gato se acelera, para poder mantenerlo caliente ante los días de baja temperatura.

No obstante, la fiebre en un felino opera de modo diferente y lo primero que hay que hacer es saber cuál es el rango de temperatura normal de los gatos, el cual es de 38 a 30° C. De este modo, cualquier valor que esté por encima de los indicados, es considerado un caso de gato con fiebre.

Para conocer la temperatura de un gato o perro, se debe introducir un termómetro especial en el recto, o acudir al veterinario para que sean ellos mismo quienes hagan este procedimiento.

Para saber la temperatura de un gato o perro, se debe introducir un termómetro especial en el recto, o acudir al veterinario para que sean ellos mismo quienes hagan este procedimiento. | Foto: Gato

De acuerdo al portal web Purina, existen algunos síntomas que pueden orientar a los amos para saber que un gato tiene fiebre:

  • Observa su comportamiento es esencial, sobre todo, si se muestra inquieto o angustiado sin motivo aparente. También se debe observar si visiblemente está afectado o permanece la mayor parte del tiempo acostado, con los ojos pesados o irritados.
  • Fijarse en la respiración y en los latidos de su corazón. Otro indicio de que esté febril viene dado por el hecho de que ambos aspectos estén más acelerados de lo normal.
  • Mantenerse alerta respecto a su higiene personal, pues los gatos son muy limpios. Por lo que si se observa un descuido en su aseo diario, es un indicativo claro de que el gato no se encuentra en perfectas condiciones.

Las causas principales del de por qué sucede este síntoma es por la presencia de tumores que afectan a los gatos ancianos, las enfermedades virales o bacterianas como la panleucopenia o la leucemia, las infecciones virales, la gripe o resfriado, la pancreatitis, los traumatismos o los efectos secundarios de la ingesta de algún medicamento.

Cálculos renales: ¿cuáles son las razas de gatos más propensas a sufrirlos?

Una nueva investigación desarrollada por el Royal Veterinary College (RVC) subrayó que las razas de gatos que tienen un mayor riesgo de desarrollar cálculos renales y ureterales son la birmana, persa, ragdoll y tonkinés.

Dicha investigación es la primera de su tipo en examinar a todos los gatos con urolitos (cálculos) del tracto urinario superior. La misma pretende ayudar a los veterinarios con los planes de diagnóstico y tratamiento.

El estudio determinó que la frecuencia de diagnóstico de urolitos del tracto urinario superior, mejor conocidos como cálculos en el riñón o el uréter, se ha incrementado en las últimas dos décadas con una estimación del 4,6%.

El estudio determinó que la frecuencia de diagnóstico de urolitos del tracto urinario superior, | Foto: derechos de autor no

Al igual que en los humanos, los urolitos felinos suelen estar compuestos de oxalato de calcio. Estos no se puede disolver naturalmente a través de la dieta o la medicación, y actualmente no existen métodos efectivos para prevenir la formación de cálculos en los gatos, destacó un artículo de Animals Health.

Cabe destacar que si estos cálculos se mueven hacia el uréter pueden producir una obstrucción peligrosa para la vida del animal. Para tratar este tipo de inconvenientes por lo general hay que realizar una intervención quirúrgica.

El equipo de investigación del Royal Veterinary College llevó a cabo el estudio observacional durante 10 años, en dicho periodo se examinaron más de 11.400 gatos. Como resultado el grupo de profesionales encontró que los gatos que no son de raza (con mayor frecuencia, los domésticos de pelo corto) todavía constituyen numéricamente la mayoría de los felinos que se ven afectados.

Además, subrayó el documento, cuanto más joven es un gato cuando se le diagnostican cálculos renales, mayor es el riesgo de que desarrolle una obstrucción ureteral.

Cuanto más joven es un gato cuando se le diagnostican cálculos renales, mayor es el riesgo de que desarrolle una obstrucción ureteral.