El Instituto Nacional del Ojo (NEI, por sus siglas en inglés) define el glaucoma como un grupo de enfermedades de los ojos que pueden causar pérdida de visión y ceguera al dañar el nervio óptico, el cual está ubicado en la parte de atrás del ojo.
Respecto a los síntomas del glaucoma, estos pueden empezar lentos, de manera que muchas personas pueden ni siquiera notarlo. “La única forma de saber si tiene glaucoma es mediante un examen completo de los ojos con dilatación de las pupilas”, anota el NEI.
Si bien el glaucoma no tiene cura, el tratamiento temprano puede detener el daño y proteger la visión. En ese sentido, una diagnóstico oportuno mejora el pronóstico para quienes padecen esta afección.
La enciclopedia médica MedlinePlus reseña que el glaucoma es la segunda causa más común de ceguera en los Estados Unidos. Además, detalla que existen cuatro tipos principales de glaucoma:
- Glaucoma de ángulo abierto.
- Glaucoma de ángulo cerrado, también llamado glaucoma de cierre angular.
- Glaucoma congénito.
- Glaucoma secundario
“La parte frontal del ojo está llena de un líquido claro llamado humor acuoso. Este líquido se produce en una zona por detrás de la parte coloreada del ojo (el iris). Este líquido sale del ojo a través de canales donde el iris y la córnea se encuentran. Esta zona se denomina ángulo de la cámara anterior o simplemente ángulo. La córnea es la cubierta transparente en la parte frontal del ojo que está delante del iris, la pupila y el ángulo. Cualquier factor que retarde o bloquee el flujo de este líquido provocará acumulación de presión en el ojo”, explica la fuente consultada.
El servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos también expone que el glaucoma de ángulo abierto es el tipo más común de glaucoma. La causa se desconoce y el aumento de la presión ocular ocurre lentamente con el tiempo, de manera que la persona puede no sentirlo.
“El incremento en la presión empuja sobre el nervio óptico. El daño a este nervio causa puntos de ceguera en su visión. El glaucoma de ángulo abierto tiende a pasar de padres a hijos. El riesgo es mayor si usted tiene un padre o abuelo con este tipo de glaucoma”, agrega.
Síntomas del glaucoma
Los síntomas pueden variar en función del tipo de glaucoma que padece la persona. Es importante prestar atención a las señales de alarma y acudir a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico preciso y definir el tratamiento más adecuado.
Glaucoma de ángulo abierto:
- La mayoría de las personas no presenta síntomas.
- Una vez que la persona note la pérdida de la visión, el daño ya es grave.
- La pérdida lenta de la visión (periférica) lateral (también llamada visión del túnel) es el tipo principal de pérdida de la visión.
- El glaucoma avanzado puede llevar a ceguera.
Glaucoma de ángulo cerrado:
- Dolor súbito e intenso en un ojo.
- Visión borrosa o disminuida, a menudo denominada “visión nublada”.
- Náuseas y vómitos.
- Halos similares al arcoíris alrededor de las luces.
- Enrojecimiento de los ojos.
- Sensación de inflamación en el ojo.
Glaucoma congénito:
- Opacidad en la parte frontal del ojo.
- Agrandamiento de uno o ambos ojos.
- Enrojecimiento de los ojos.
- Sensibilidad a la luz.
- Lagrimeo.
Glaucoma secundario:
- Los síntomas casi siempre se relacionan con el problema de base que causa el glaucoma.
- Según la causa, los síntomas pueden ser como de glaucoma de ángulo abierto o de ángulo cerrado.
¿Cómo prevenir el glaucoma?
El NEI menciona que los científicos no están seguros sobre qué causa los tipos más comunes de glaucoma. “Sin embargo, muchas personas con glaucoma tienen alta presión ocular y los tratamientos que reducen la presión ocular ayudan a desacelerar la enfermedad”, precisa.
Respecto a cómo evitar la afección, advierte que no hay forma de prevenir el glaucoma. En ese sentido, los exámenes de ojos son de vital importancia para detectarla antes de que afecte la visión.