El miedo a hablar en público tiene un nombre: glosofobia. Su etimología proviene del griego ‘gloso’ que significa “lengua” y ‘fobos’ que se traduce en “miedos”. Esta forma de ansiedad puede tener diferentes sintomatologías desde un nerviosismo leve a un miedo paralizante y pánico.
En este contexto, es común que buena parte de las personas eviten situaciones en las que tienen que hablar frente a un grupo de personas (sea grande o pequeño), pero la preparación y la persistencia ayudan a superar dicha inseguridad.
Un estudio realizado por la Universidad de California destacó que por lo menos un 75% de las personas en el mundo temen hablar en público. Algo común, según el portal especializado ITA salud mental.
“Tener ansiedad a la hora de hablar en público es perfectamente normal. Como decíamos, al principio puede ayudar a estar más atentos a la situación y permite protegernos en caso de amenaza. Sin embargo, el problema depende del grado de ansiedad. Si es muy elevado puede generar síntomas físicos como temblores, mareos, sudoración, náuseas, palpitaciones y aumento del ritmo cardiaco; hasta problemas con la respiración e hiperventilación”, detalló ITA.
La glosofobia también puede surgir de la predisposición a la baja tolerancia al estrés y a la frustración o a recordar una experiencia traumática que la persona vivió a lo largo de su vida.
El máster coach ejecutivo Daniel Colombo señaló que para vencer el miedo escénico la mejor medicina es la práctica: cuanto más, mejor. “El proceso es paso a paso, paulatino, y en poco tiempo se vence y supera casi por completo”, dijo Colombo.
“Aún los oradores profesionales sienten mariposas en el estómago cada vez que afrontan al público. Es el mismo fenómeno de los actores y deportistas puestos a ejercer su talento”, aseguró el máster coach.
En este contexto, el experto sugirió una serie de pasos para superar este trastorno y poder hablar en público con mayor fluidez.
El 90% del éxito de un buen discurso es el método y, el mismo, se aprende con profesionales de la oratoria. Otro punto fundamental es el ensayo previo a la presentación. Recrear pequeñas reuniones con personas conocidas funciona igual que con grandes auditorios: al desarrollar progresivamente mayor autoconfianza, se vence el temor. Finalmente, es indispensable enseñar oratoria desde el colegio, de esta forma se educará a generaciones de adultos hábiles en exponer públicamente sus ideas y temas, concluyó Colombo.
En tanto, el mindfulness -técnica de focalización de la atención en el momento presente- ayuda con la tolerancia del miedo. “Cuando estamos en contacto con nuestro cuerpo y somos conscientes de nuestras emociones y sensaciones, es más fácil calmar la mente. En ese momento es posible enfrentarse a los miedos”, agregó ITA.
En este punto es válido recordar al psiquiatra y psicoterapeuta francés Christophe André, quien dijo: “No se medita para no tener miedo, sino para no temer al miedo”.