Como tal, los altos niveles de azúcar en sangre, o como también se le denomina hiperglucemia, se ocasiona cuando el cuerpo no puede llevar el azúcar desde la sangre a las células de una forma correcta. En términos generales, esto se debe a una escasez de insulina.
En ese sentido, existen distintos factores que contribuyen a elevar el azúcar en sangre. Por ejemplo, las dietas con mal control de carbohidratos y un estilo de vida sedentario son las principales causas de este problema. No obstante, existen otras causas frecuentes que pueden alterar aún más la glucosa alta, como no usar una dosis correcta de insulina, olvidar el uso de medicamentos hipoglucemiantes, padecer una infección respiratoria, consumir, drogas o estar en estado de embarazo.
Para regular los niveles de azúcar a largo plazo, es crucial definir varios puntos, como los alimentos que se ingieren, las horas en que se comen los platos principales y la preparación de los mismos. Sobre el tiempo, se debe tener presente que durante el día tres son las comidas bases: el desayuno, el almuerzo y la cena.
Sin embargo, cuando se presenta una situación se presenta de manera repentina y con síntomas como sudor frío, visión borrosa, debilidad muscular, palpitaciones frecuentes, náuseas, vómito, dificultad para respirar, dolor de estómago y cetonas en la orina, es importante actuar con rapidez, porque de lo contrario se corre el riesgo de presentar un coma diabético y otras complicaciones como la neuropatía diabética, la retinopatía diabética, los problemas renales o cardíacos y el síndrome hiperosmolar hiperglucémico.
De este modo, la revista especializada Mejor con Salud, señala algunas medidas de emergencias que ayudan a estabilizar de inmediato el organismo, frente a los niveles de azúcar en sangre:
Administrar insulina
Esta es la medida básica que se debe realizar cuando hay altos niveles de azúcar en las personas que tiene diabetes tipo 1 o 2. Administrar esta sustancia es muy importante cuando hay más de 250 miligramos de glucosa por un decilitro de sangre, ya que esta condición puede progresar con facilidad y ocasionar un coma diabético.
Para realizar este procedimiento, se debe medir en primer lugar el azúcar en sangre. Si se evidencia que es muy alto, lo más indicado es acudir de inmediato a un centro médico. Pero si está elevado, pero no en extremo, se debe aplicar una dosis de insulina para solucionar el problema.
Es importante tener en cuenta que no se observará una mejoría significativa hasta unas dos o tres horas después de haber suministrado la insulina. Por ello, se debe evitar aplicar una nueva dosis porque puede ocasionar un colapso, e incluso, podía bajar abruptamente el azúcar en sangre.
Beber agua
Una de las razones más comunes de por qué se elevan los niveles de azúcar en sangre es la deshidratación. Por ello, cuando no se bebe suficiente agua, algunos componentes de la sangre, como la glucosa, tienden a concentrarse más. De este modo, los expertos aconsejan beber abundante agua, en especial cuando inicien los síntomas. Esto hasta que se produzca más orina y se elimine el exceso de glucosa en sangre.
Hacer ejercicio
Puede ser contradictorio en una situación de emergencia, sin embargo, el ejercicio es un medio eficaz para reducir los niveles de glucosa en sangre. Basta solamente con hacer una caminata de 15 minuto, para que esto puede tener un impacto positivo en esta condición. Si una persona toma insulina y aun así, su nivel de azúcar está muy alto, no se recomienda hacer ejercicio antes de administrar la dosis, porque de lo contrario, esto podría aumentar el nivel de cetonas y provocar un efecto adverso.