La glucosa se obtiene de los alimentos ricos en azúcar que se ingieren a diario. La insulina, una hormona producida por el páncreas, se encarga de que esta sustancia ingrese a las células para ser utilizada. Es la principal fuente de energía del organismo, por lo que resulta muy importante para el funcionamiento del cerebro.

Lo que sucede con esta sustancia, es que cuando sus niveles aumentan en la sangre sin control, resultado de un exceso en el consumo de productos cargados de azúcar, le suele causar graves problemas al organismo. El más conocido es el surgimiento de una enfermedad crónica y metabólica como la diabetes.

La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (MedlinePlus) menciona que la glucosa es la fuente principal de energía del cuerpo, que se obtiene tras la ingesta de alimentos. Según explica, cuando este tipo de azúcar es liberado en el torrente sanguíneo, el páncreas secreta insulina, una hormona que regula la glucosa en la sangre.

El té hecho con orégano regula la glucosa, la presión arterial y la inflamación intestinal. | Foto: Getty Images

No obstante, los niveles altos de glucosa son perjudiciales para la salud que suelen guardar relación con la diabetes. Pero, se debe aclarar que según la enciclopedia médica, a través de su servicio en línea, estos índices elevados pueden ser resultado también del consumo de medicamentos, cirugías o traumatismos.

“La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa (azúcar) de la sangre están muy altos. La glucosa proviene de los alimentos que consume. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa entre a las células para suministrarles energía. En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina. En la diabetes tipo 2, la más común, el cuerpo no produce o no usa la insulina de manera adecuada. Sin suficiente insulina, la glucosa permanece en la sangre”, explica MedlinePlus, Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.

Una buena alimentación es clave para poder tener una vida saludable y tener la glucosa bajo control, por eso consumir frutas es de gran ayuda para bajar los niveles de azúcar en la sangre. Y aunque comer cualquier fruta siempre traerá beneficios para el cuerpo, existen dos frutas que son fundamentales para combatir el azúcar en la sangre y una posible diabetes.

Ciruelas Pasas

El portal Cerezadeljerte señala que, al igual que la manzana, la uva pasa es un fruto rico en pectina, por lo que ayuda a reducir el colesterol. Las ciruelas rojas contienen más cantidad de antocianinas, que son flavonoides que ayudan frente a este tipo de grasas. Además, la ciruela es laxante, depurativa y diurética.

Las ciruelas pasas ofrecen diversos beneficios al organismo. | Foto: Getty Images

Las fibras solubles, como la pectina, ayudan a disminuir la absorción de glucosa en la alimentación, lo cual promueve la reducción de los niveles de azúcar en la sangre y mejora la respuesta del cuerpo a la insulina. Además, el sorbitol que contiene permite que el azúcar de la alimentación sea absorbido lentamente, por esta razón, le brinda un mejor control a la glucemia.

Arándanos

“Los arándanos contienen compuestos bioactivos con propiedades antidiabéticas que ayudan a disminuir los niveles de glucosa en el organismo y a mejorar la sensibilidad a la insulina, hormona que se encarga de regular el azúcar en sangre, siendo una fruta muy recomendada para controlar y a prevenir la diabetes tipo 2″, explicó Tua Saúde.

Uno de los productos que se ha aconsejado, son las frutas de color oscuro como la uva negra, así como los arándanos, ya que son ricos en antioxidantes. (Photo by George Rose/Getty Images) | Foto: Getty Images

Además, explicó que “los arándanos son ricos en compuestos antioxidantes, como los polifenoles, y fibras, los cuales ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL, llamado “malo” y triglicéridos en la sangre, reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como aterosclerosis e infarto de miocardio”.

Asimismo, agregó que “los arándanos contienen grandes cantidades de antocianinas, fitoquímicos con propiedades antioxidantes y antihipertensivas que actúan mejorando la función del endotelio, células que recubren la superficie interior de los vasos sanguíneos, ayudando así a regular el flujo sanguíneo y a controlar la presión arterial, además de prevenir el desarrollo de la hipertensión”.