El gluten es una proteína que está presente en alimentos como el trigo, el centeno y la cebada. Su función es ayudar a que la masa se esponje y evitar que el pan se desarme, pues hace que adquiera consistencia y mejora su sabor. Es frecuente que también se le añada a otros alimentos como cereales, pastas y productos de repostería, para mejorar su textura.
Según American Cancer Society, la mayoría de las personas pueden consumir gluten. Sin embargo, es una proteína que está prohibida para quienes padecen enfermedad celíaca, un padecimiento autoinmune que hace que el sistema inmunológico ataque el tracto digestivo después de consumir gluten.
De acuerdo con los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, la enfermedad celíaca afecta 1 % o menos de la población en ese país.
Tampoco es recomendable esta proteína para quienes padecen de un trastorno en la piel conocido como dermatitis herpetiforme, según la Clínica Mayo. Una dieta sin gluten también puede ser beneficiosa para algunas personas con síndrome de colon irritable, trastorno neurológico de ataxia por gluten, diabetes tipo 1 y enteropatía asociada al VIH.
Es posible que muchas personas sufran de enfermedad celíaca y no lo sepan por lo que es importante prestar atención a signos que evidencian la intolerancia al gluten.
1. Diarrea. Las personas con enfermedad celíaca experimentan inflamación en el intestino delgado después de comer gluten. Esto daña el revestimiento intestinal y conduce a una mala absorción de nutrientes, lo que resulta en molestias digestivas significativas y diarrea frecuente.
Esta diarrea puede causar algunos problemas de salud importantes, como pérdida de electrolitos, deshidratación y fatiga. Además, las personas con enfermedad celíaca podrían experimentar heces pálidas y malolientes, debido a la mala absorción de nutrientes.
2. Reacciones en la piel. La intolerancia al gluten también puede afectar la piel. Aunque todas las personas que tienen enfermedad celíaca son sensibles al gluten, algunas con la afección no experimentan síntomas digestivos que la evidencien. Según el diario especializado Medical News Today, hay afecciones de la piel que han mostrado mejoras al seguir una dieta sin gluten como es el caso de la psoriasis, alopecia areata y la urticaria crónica.
3. Depresión y ansiedad. Las personas con problemas digestivos parecen ser más propensas a la ansiedad y la depresión que aquellas sin ninguna afección subyacente. Es una situación muy común entre quienes que tienen enfermedad celíaca. De acuerdo con los expertos, hay algunas teorías sobre cómo la intolerancia al gluten puede provocar depresión.
Esta situación se puede presentar por tener niveles atípicos de serotonina, conocida como la hormona de la felicidad; también por la formación de exorfinas de gluten, que se crean durante la digestión de algunas de las proteínas del gluten y; por último, debido a cambios en la microbiota intestinal. En este caso puntual se pueden generar más bacterias dañinas, y reducir las beneficiosas afectando el sistema nervioso central y aumentando el riesgo de depresión.
4. Pérdida de peso inexplicable. Un cambio inesperado en el peso con frecuencia es motivo de preocupación. Aunque puede provenir de varias razones, la pérdida de peso inexplicable es un efecto secundario común de la enfermedad celíaca no diagnosticada. Esta situación puede explicarse por una variedad de síntomas digestivos junto con una mala absorción de nutrientes.
5. Anemia por deficiencia de hierro. En la enfermedad celíaca, la absorción de nutrientes en el intestino delgado se ve afectada. Esto resulta en una cantidad reducida de hierro que se absorbe de los alimentos generando fatiga, mareos, dolor de cabeza y debilidad, entre otros.
6. Dolor en articulaciones y músculos. Hay una teoría de que las personas con enfermedad celíaca tienen un sistema nervioso hipersensible o sobreexcitable determinado por la genética. Por lo tanto, pueden tener un umbral más bajo para activar las neuronas sensoriales que causan dolor en los músculos y las articulaciones, asegura Medical News Today.
7. Entumecimiento de piernas o brazos. Otro síntoma de la intolerancia al gluten es la neuropatía, que implica entumecimiento u hormigueo en los brazos y las piernas. Esta afección es común en personas con diabetes y deficiencia de vitamina B12. También puede ser causada por toxicidad y abuso crónico de alcohol.
Sin embargo, algunas investigaciones sugieren que las personas con enfermedad celíaca también podrían tener un mayor riesgo de desarrollar esta neuropatía, que puede ser causada por la presencia de ciertos anticuerpos.