La gripe, también llamada influenza, es una infección respiratoria causada por un virus que se transmite de persona a persona cuando alguien con la enfermedad tose, estornuda, habla o expulsa pequeñas gotas, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Además, el portal indica que los síntomas de la gripe aparecen de repente y pueden incluir:
- Fiebre o sensación de fiebre y escalofríos.
- Tos.
- Dolor de garganta.
- Goteo o congestión nasal.
- Dolores musculares o del cuerpo.
- Dolor de cabeza.
- Fatiga (cansancio).
No obstante, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) explicaron que la mayoría de las personas que contraen la influenza se recuperarán en un periodo que va desde unos pocos días hasta menos de dos semanas, pero algunas personas desarrollan complicaciones (como la neumonía) como consecuencia de la influenza y algunas de las cuales pueden poner en riesgo la vida y causar la muerte.
Otras posibles complicaciones graves de la influenza pueden incluir inflamación del músculo cardiaco (miocarditis), del cerebro (encefalitis) o de los tejidos musculares (miositis, rabdomiólisis) y falla multiorgánica (por ejemplo, insuficiencia respiratoria y renal).
Así las cosas, es importante consultar a un experto de la salud si:
- La fiebre no disminuye o incluso que aumenta en unos días.
- Si no se pueden retener alimentos durante 48 horas.
- Si la congestión o los dolores de cabeza, en caso de tenerlos, no mejoran o empeoran.
Sobre la misma línea, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, señaló que existe un mayor riesgo de sufrir complicaciones relacionadas con la gripe en los siguientes casos:
- Se es menor de 12 meses de edad
- Se tiene 65 años de edad o más.
- Se está en embarazo o se ha dado a luz en las últimas dos semanas.
- Se tiene menos de 19 años de edad y se está recibiendo terapia con aspirina a largo plazo.
- Se padecen ciertas afecciones médicas crónicas, que incluyen enfermedades pulmonares como asma, anomalía de las vías respiratorias, enfermedad cardíaca, diabetes, enfermedad neurológica o del desarrollo neurológico, trastornos metabólicos y enfermedades renales, hepáticas o sanguíneas.
- Se tiene un sistema inmunitario debilitado debido a factores como el uso prolongado de esteroides u otros inmunosupresores, VIH, trasplante de órganos, leucemia o cáncer que se está tratando con quimioterapia.
- Se tiene un índice de masa corporal (IMC) de 40 o más.
- Se vive en un centro de cuidados a largo plazo, como un asilo de ancianos y convalecientes.
- Se está en el hospital.
Por su parte, la entidad sin ánimo de lucro reveló algunas recomendaciones que pueden ayudar a aliviar los síntomas, como:
- Vaporizador o un humidificador de vapor frío: Un vaporizador o un humidificador de vapor frío pueden agregar humedad al hogar, lo que podría ayudar a aflojar la congestión y hay que cambiar el agua a diario, y limpiar la unidad según las instrucciones del fabricante.
- Vitamina C: Parece que tomar vitamina C no suele ayudar a la persona promedio a prevenir resfriados. Sin embargo, algunos estudios han descubierto que tomar vitamina C antes de que comiencen los síntomas del resfriado puede acortar la duración de los síntomas. La vitamina C puede beneficiar a las personas que corren un alto riesgo de resfriarse, ya que contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunitario para proteger al cuerpo contra las enfermedades.
- Hacer gárgaras: Una gárgara de agua salada puede aliviar temporalmente una garganta dolorida o irritada. También se puede probar con trocitos de hielo, atomizadores para el dolor de garganta, pastillas o caramelos duros.
- Descansar: La mayoría de los adultos necesitan de 7 a 8 horas de sueño por noche para una buena salud.