El coronavirus ha provocado cambios en la dinámica del mundo en general. Las reuniones ya no se llevan a cabo en la sala de juntas de las compañías, sino en las salas de las aplicaciones de videoconferencias. Niños y jóvenes ya no participan en las clases desde el pupitre en las aulas del colegio, sino a través de estos mismo programas, y así, todo ha cambiado.
La tecnología, sin duda, se convirtió en el gran aliado de las personas, aumentando su consumo a niveles nunca antes vistos. Los recibos de los servicios domésticos, el concentrado del perro, la ropa de moda, los impuestos, el mercado, entre otro sinfín de productos, son adquiridos con tan solo unos cuantos clics en internet, sin la necesidad de salir de casa.
El mundo, a propósito de la pandemia y el riesgo de contagio latente, entendió los beneficios de la tecnología y se ha suplido de ellos para continuar con el curso de su día a día.
Está claro que las rutinas de las personas ya no son las habituales e incluso la sexualidad ha cambiado. Los cierres intermitentes que han decretado los distintos gobiernos con el objetivo de contener la pandemia provocaron estos cambios. Lo anterior, llevando a que el interés por el cibersexo crezca con celeridad.
El sexo que algunos encontraban a unos kilómetros de casa ha disminuido, bien sea por motivos de autocuidado a propósito de la pandemia o porque las condiciones de movilidad no lo han permitido, por lo que el cibersexo cada día se convierte en una de las opciones con mayor preferencia.
Angelina Aleksandrovich dirige un colectivo llamado Raspberry Dream Labs, el cual tiene como objetivo la creación de experiencias de cibersexo multisensorial, las cuales les permiten a los usuarios gozar de momentos íntimos juntos desde el lugar donde se encuentren.
La diseñadora de experiencias ha sido fiel testigo del aumento en el consumo de cibersexo en el mundo en el marco de la pandemia, crecimiento que sigue registrándose en todo el mundo.
“Gracias a la covid, mucha gente entendió cómo podemos usar la tecnología y la realidad virtual de formas emocionantes y ampliadas”, aseguró Aleksandrovich a la agencia de noticias Reuters.
De acuerdo con la mujer, antes la realidad virtual solía estar asociada a los jugadores de los juegos en línea, pero eso ha cambiado y ahora es un canal para el disfrute de la intimidad y las citas entre personas.
En Londres hay una unidad industrial que combina la realidad virtual con la realidad aumentada para ofrecer experiencias sexuales sin contacto. ¿Cómo lo hacen? Dos mujeres demuestran la experiencia de este prototipo que se vale de un collar que se coloca alrededor del cuello, una aparato en la cabeza y sensores en la mano, logrando, de este modo, transmitir sensaciones como el olfato.
De acuerdo con Aleksandrovich, los participantes se ven como formas humanas delineadas a través de sus auriculares y pueden acariciarse sin siquiera tocarse. Esto es posible gracias a los estimuladores hápticos que son utilizados para transmitir experiencia a los usuarios, los cuales son debidamente ubicados sobre zonas erógenas.
La diseñadora de experiencias explicó que a futuro esto podría llevarse a cabo con la incorporación de underwearables robóticos blandos.
Hoy por hoy, son comunes los smartwatch y los airpods, entre otros dispositivos, y así como el mundo los ha incorporado a su cotidianidad, Aleksandrovich sugiere que se pueden incorporar los underwearables robóticos blandos al dormitorio.
En 2019, Arizton, firma de investigación de origen estadounidense, señaló que se espera que el mercado de productos de bienestar sexual tenga un crecimiento significativo y alcance los 34.000 millones de dólares para 2024 en el mundo entero.