De la funcionalidad del cerebro depende la acción de los otros sistemas del cuerpo humano, es por ello que la parte superior del organismo se considera como la más importante.
Con el paso del tiempo, el cerebro tiende a cambiar. De hecho, especialistas dicen que al funcionar como un músculo debe ejercitarse y, por consiguiente, mantenerlo en un buen estado de salud. De lo contrario, expertos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) dicen que empiezan a aparecer las enfermedades cerebrales degenerativas, una de ellas es el Alzheimer.
Gracias al avance científico y médico, se han podido determinar diferentes hábitos para mejorar la salud del cerebro. Algunos de ellos están enfocados en la atención y el aprendizaje, mientras que otros tienen que ver con la alimentación.
Por años, las investigaciones en torno al mundo saludable han tomado relevancia. En vista de ello, Uma Naidoo, psiquiatra de Harvard, cuenta en The New York Times que “mucha gente piensa en la comida en términos de cintura, pero también influye en nuestra salud mental”.
Por su parte, el portal Cuerpo Mente consigna que el cerebro es graso, por lo que las conexiones neuronales que lo caracterizan necesitan minerales, vitaminas y aminoácidos para funcionar.
Teniendo en cuenta que es de vital importancia mantener el cerebro sano, el portal Modo Emprendedor destacó 5 hábitos comunes que realizan las personas y que sin saberlo atrofian el cerebro y sus funciones.
Con respecto a lo anterior, el primero de estos es consumir azúcar, sustancia que está relacionada con el no desarrollo del cerebro. El segundo hábito es no dormir suficiente, aspecto que deteriora la capacidad cognitiva.
Otra de las costumbres es escuchar música desde los audífonos con un volumen muy alto, acción que genera la pérdida de tejido cerebral. El cuarto hábito es no desayunar, lo cual evita que el cerebro obtenga sus nutrientes esenciales. Por último, no tomar suficiente agua causa que el cerebro no funcione correctamente.
Alzheimer: las claves para prevenir la enfermedad
La práctica de hábitos saludables es determinante para prevenir o retardar la posible aparición de esta enfermedad. Por ejemplo, uno clave es socializar. Estar en contacto con otras personas hace que el cerebro se mantenga activo.
Algunos estudios indican que los sentimientos de autoeficacia y de autoestima que se derivan de actividad social, se relacionan directamente con el mantenimiento de la función mental.
Evitar fumar también es importante, pues los estudios han determinado que las personas fumadoras tienen un mayor riesgo de sufrir demencia o algún tipo de enfermedad mental como el Alzheimer.
La alimentación juega un papel determinante en la preservación de la salud mental y por ello una de las recomendaciones de los especialistas es reducir las grasas, especialmente las saturadas, así como productos animales como carnes y lácteos, bajarle a la cantidad de alimentos procesados y consumir más frutas y vegetales como parte de una dieta equilibrada y saludable para el organismo.
También es clave la práctica de ejercicio aeróbico regular, ejercicios de fortalecimiento de piernas y mantenerse activo durante todo el día.
Otro hábito saludable en el que deberían trabajar las personas es en el manejo del estrés. Según MinSalud, es importante identificar el estrés bueno y el malo. El bueno es el que está marcado por un propósito y orientado al logro de resultados y del éxito. Una de las formas de hacerle frente a esta situación es poniendo en práctica técnicas de meditación.
Tratar de tener un sueño reparador y optimizar la actividad mental y social son otros dos aspectos en los que las personas deberían trabajar en aras de mantener unas buenas condiciones cerebrales y evitar la llegada de la enfermedad de Alzheimer.