La obesidad es un problema de salud pública en todo el mundo y muchas personas luchan por perder peso y mantener un peso saludable. Sin embargo, perder peso no es tan fácil y requiere esfuerzo y dedicación. Aunque no existe una solución mágica para bajar de peso, hay pasos que se pueden seguir para alcanzar esos objetivos de pérdida de peso de manera más efectiva.
Por lo tanto, hay algunos consejos que podrían ayudar a cumplir este objetivo:
Establecer metas realistas: es importante tener metas de pérdida de peso realistas y alcanzables. No es realista esperar perder 5 kilos en una semana o 15 en un mes. Una pérdida de peso saludable es de alrededor de 1-2 libras por semana, de acuerdo con el Clarín. Establecer metas realistas ayudará a mantener la motivación y ayudará a alcanzar varios objetivos a largo plazo.
Realizar ejercicio regularmente: el ejercicio es una parte importante en cualquier plan de pérdida de peso. El ejercicio no solo ayuda a quemar calorías, sino que también incentiva al mantenimiento de un peso saludable a largo plazo.
Se debe tratar de hacer ejercicio al menos 30 minutos al día, 5 días a la semana. Se pueden hacer recorridos caminando, corriendo o actividades como nadar, hacer yoga o cualquier otra actividad física que la persona disfrute.
Comer alimentos saludables: para perder peso, es importante comer alimentos saludables y nutritivos. Esto significa comer alimentos frescos y mínimamente procesados, como frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros. Se recomienda evitar los alimentos procesados, azucarados y altos en grasas saturadas, ya que estos alimentos suelen tener alto contenido calórico y poco valor nutricional, según Canalsalud.
Beber una buena cantidad de agua: el agua es esencial para la pérdida de peso. El agua ayuda a mantener hidratado el cuerpo, lo cual es importante para la pérdida de peso, porque la deshidratación puede hacer que la persona se sienta cansada y sin energía.
Además, el agua ayuda al cuerpo a sentirse lleno, lo que puede ayudar a controlar la cantidad de alimentos que se consumen normalmente. Se recomienda tratar de beber al menos 8 vasos de agua al día, según el Instituto de Investigación Agua y Salud de España.
Controlar las porciones: otra forma de controlar el peso puede ser asegurándose de que se está comiendo porciones adecuadas. A veces, el ser humano come más de lo que necesita sin darse cuenta. Para controlar las porciones que se consumen, se puede usar tazas y platos más pequeños o medir las porciones con tazas y cucharas medidoras. También se puede dividir algunas comidas en porciones más pequeñas y comer cada 2-3 horas en lugar de comer 3 comidas grandes al día, según Medline Plus.
No saltarse las comidas: aunque puede parecer tentador saltear una comida para tratar de perder peso más rápido, esta no es una idea que recomienden los expertos de la salud. Saltear comidas puede hacer que la persona llegue a sentirse débil y cansada, puede llevar a que el sujeto coma en exceso en la próxima comida. Además, saltarse comidas puede interferir con el metabolismo y hacer que sea más difícil perder peso.
Realizar cambios pequeños, pero consistentes: en lugar de tratar de cambiar todos los hábitos alimentarios y de ejercicio en un solo momento, se recomienda tratar de hacer cambios pequeños de manera consistente.
Por ejemplo, en lugar de tratar de correr una maratón de un día para otro, trata de comenzar con caminatas de 30 minutos y luego aumentar gradualmente el tiempo de ejercicio. De esta manera, se podrá ser más propenso a mantener esos nuevos hábitos a largo plazo.
Encontrar un compañero de entrenamiento: tener un compañero de entrenamiento puede ser muy útil para motivar a la persona y mantenerla en el “camino correcto”. Se puede encontrar a un compañero de entrenamiento en el gimnasio, en un grupo de caminata o incluso en línea.
Hacer un seguimiento de tus progresos: es importante hacer un seguimiento de los progresos para ver cómo se está progresando, para hacer ajustes en el plan de pérdida de peso este consejo es de vital importancia.
Se puede hacer un seguimiento de cada progreso tomando medidas, tomando nota del registro de la báscula regularmente o haciendo un seguimiento de las comidas y ejercicios en un diario alimenticio. Hacer un seguimiento de los progresos ayudará a mantener la motivación y a ver los resultados de cada esfuerzo.