El corazón es un órgano vital para el organismo. Está compuesto de tejido muscular y su principal función es bombear sangre a todo el cuerpo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
El corazón, junto con los vasos sanguíneos componen el aparato cardiovascular, que es determinante para el normal funcionamiento del cuerpo. Este órgano actúa como una bomba que impulsa la sangre hacia los órganos, tejidos y células.
“La sangre bombeada por el corazón suministra oxígeno y nutrientes a cada célula y recoge el dióxido de carbono y las sustancias de desecho producidas por esas células. Pero si el flujo de sangre disminuye o se detiene o el ritmo de los latidos se altera, podría peligrar la vida”, precisa The Texas Heart Institute.
Los hábitos de vida son clave para cuidar la salud de este órgano y evitar el desarrollo de enfermedades cardíacas que es una de las principales causas de muerte en el mundo, según el instituto de investigación Mayo Clinic. Si bien no se pueden cambiar algunos factores de riesgo como los antecedentes familiares, el sexo o la edad, hay muchas maneras de reducir los riesgos llevando unas condiciones de vida saludables.
Cuidar el corazón es algo por lo que las personas deben preocuparse a lo largo de la vida. Sin embargo, a medida que la edad avanza se deben intensificar los hábitos tendientes a protegerlo y estas son algunas de las recomendaciones de los especialistas para cuando se pasa de los 40 años.
Dejar de fumar
Mayo Clinic asegura que las sustancias químicas del tabaco pueden dañar el corazón y los vasos sanguíneos. El humo del cigarrillo reduce el oxígeno en la sangre, lo que aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca porque el corazón tiene que esforzarse más para suministrar suficiente oxígeno al organismo y al cerebro. De acuerdo con esta institución, el riesgo de las enfermedades cardíacas comienza a disminuir apenas un día después de dejar esta hábito.
Dieta equilibrada
Llevar una alimentación saludable que incluya carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales en la proporción que corresponde, es clave y una de las mejores formas de hacerlo es siguiendo los lineamientos de la dieta mediterránea, asegura la Fundación Española del Corazón. La recomendación es consumir frutas y verduras, carnes y pescados magros, productos lácteos bajos en grasa o sin grasa, cereales integrales y grasas saludables, como el aceite de oliva.
No al sedentarismo
Realizar actividad física a diario es determinante, pues si una persona no se ejercita corre el riesgo de enfrentar patologías como la hipertensión o la diabetes, además del aumento de los niveles de colesterol o el sobrepeso. Para evitarlo, la recomendación es practicar, como mínimo, 150 minutos semanales de actividad física aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos de intensa.
Mantener un peso saludable
Tener sobrepeso, especialmente en la cintura, aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas. El índice de masa corporal utiliza la estatura y el peso para determinar si una persona tiene sobrepeso o es obesa. Un índice de masa corporal de 25 o más se considera sobrepeso y, generalmente, está asociado con un colesterol y presión arterial más alta y un mayor riesgo de enfrentar accidentes cerebrovasculares.
Bajarle al estrés
La Guía Europea de Prevención Cardiovascular señala el estrés como un factor de riesgo porque cuando una persona lo padece somete al organismo a tensiones que afectan la salud cardíaca. Adicionalmente, es posible que el estrés y la ansiedad generen cambios en los hábitos de vida recurriendo a algunos menos saludables, dicen los especialistas de la Fundación Española del Corazón.
Dormir bien
Un estudio publicado en la revista médica European Journal of Preventive Cardiology concluye que aquellas personas que, además de tener buenas prácticas, duermen un mínimo de siete horas al día, reducen hasta en un 65 % la posibilidad de sufrir de enfermedades cardiovasculares.
Los expertos aseguran que a medida que la persona envejece se debe practicar chequeos médicos con regularidad con el objetivo de mantener bajo control los niveles de colesterol, presión arterial y de azúcar en la sangre, pues son afecciones que están muy relacionadas con la salud del corazón.