Sam Summers reveló que unos hackers le pidieron alrededor de US$1.000 para desbloquear su cinturón de castidad de alta tecnología.
Los hackers le enviaron un mensaje de texto diciéndole que habían secuestrado el dispositivo y que para poder liberarlo debería pagar en bitcóin.
Inicialmente, Summers creyó que su pareja le hizo una broma: “Suena tonto, pero me emocioné un poco”, dijo. Sin embargo, descubrió que no era así y la reacción fue inmediata: “Empecé a enloquecer un poco”.
Posteriormente, recordó que tenía bitcoines en una cuenta antigua y se los envió a los hackers, pero estos le pidieron mucho más después de recibir el dinero. “Fue entonces cuando me sentí jodidamente estúpido y enojado”, dijo.
“No hay ninguna anulación manual”, dijo. No obstante, comenzó a emplear la fuerza bruta y con un par de cortapernos rompió el cinturón de castidad, dejando una herida en su pene que le impidió tener relaciones sexuales por más de un mes.
“No tengo una cicatriz ni nada, pero estaba sangrando y me dolía mucho”, señaló.
El cinturón era de la marca china Qiui, que publicó un video de cómo quitar el dispositivo con un destornillador.
Después del suceso, Summers aseguró que nunca volverá a usar estos artefactos que se conecten a internet. “Si te gusta, está bien, pero usa un candado físico por si acaso. No puedes confiar en estas cosas digitales”, señaló. Asimismo, dijo que eliminó la aplicación y botó el cinturón que rompió.
Summers manifestó que el hecho fue perturbador, ya que “un extraño llega a un mundo en el que se supone que solo eres tú y tu pareja. Y está allí sin tu consentimiento. Te hacen esto y no hay nada que puedas hacer al respecto”.
Qiui, que tiene el lema ‘Love Hurts’, se caracteriza porque no tiene llave física. “Qiui cree que una verdadera experiencia de castidad es una que mantenga al usuario alejado del control sobre sus propios dispositivos”, señala la marca.
El cinturón, que se maneja a través de una aplicación de teléfono inteligente que se conecta por Bluetooth y tiene un valor aproximado de US$169, detalla en sus características: “El bloqueo de tiempo incorporado dentro de la aplicación impone una mayor disciplina al usuario, hay que establecer la duración de bloqueo (minutos, horas, días, meses, etc.), tenga en cuenta que una vez que se establezca ese tiempo, la jaula no se desbloqueará hasta que se alcance la duración”.
La “jaula de castidad cellmate”, como la llama la empresa, se encuentra agotada.
Los expertos en seguridad cibernética habían alertado de la vulnerabilidad de los cinturones en octubre pasado y había advertido a los usuarios que podían quedar atrapados por estos dispositivos.
“Descubrimos que los atacantes remotos podían evitar que se abriera el bloqueo de Bluetooth, bloqueando permanentemente al usuario en el dispositivo. No hay desbloqueo físico”, dijo la firma de seguridad británica Pen Test Partners (PTP), según Daily Mail.
Y añadió: “Se necesitaría una amoladora angular u otra herramienta pesada adecuada para liberar al usuario”.
Asimismo, advirtieron que hay había otras fallas de seguridad que pondrían en riesgo la información personal de los usuarios como nombre, número de teléfono, ubicación y hasta fecha de cumpleaños.
“Un atacante no tardaría más de un par de días en filtrar toda la base de datos de usuarios y usarla para chantajear o hacer phishing”, aseguró un integrante de PTP en su informe.