Los problemas de audición debidos a la edad pueden ser una alerta de otras enfermedades y se pueden vincular directamente con la pérdida de la memoria y el deterioro cognitivo. Incluso, podría ser uno de los síntomas relevantes para detectar afecciones como el Alzhéimer.
“La pérdida de audición es una disminución pronta o gradual de la capacidad para oír. Es uno de los problemas de salud más comunes que afecta a los adultos mayores y ancianos. Aproximadamente una de cada tres personas de 65 a 74 años tiene algún nivel de pérdida de audición”, explica el Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación (NIDCD, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Siendo un problema común en adultos mayores, la sordera o la pérdida de la audición gradual también se relacionan con el deterioro cognitivo, mismo que causa los problemas de memoria. Incluso, un estudio citado por el Centro Auditivo de Valencia, España, realizado por el otólogo Dr. Frank del Hospital Johns Hopkins Medicine, determinó la relación que hay entre estas dos afecciones.
“Se ha concluido en un estudio científico que, efectivamente, la personas con pérdida auditiva tienen un ritmo más acelerado de deterioro mental en comparación con personas normo-oyentes, y mientras mayor es el ritmo de la pérdida de audición, más rápido es el deterioro de la memoria y de otras habilidades cognitivas”, se especificó el portal, haciendo referencia a la gravedad de la problemática.
¿Cómo regenerar las células muertas para mejorar la audición?
Esta es una teoría sobre la que han trabajado los expertos. De acuerdo con lo señalado por el portal sobre salud Mundo Sano, un equipo de científicos de la Universidad de Northwestern detectó el gen responsable de las células ciliadas. Este tipo de células, según explican, son fundamentales para que el ser humano pueda percibir el sonido.
Existen dos tipos de células ciliadas, las externas que ayudan a amplificar la señal, como respuesta a la presión que realizan las ondas del sonido, y las internas, las cuales son las encargadas de transmitir dicha vibración hacia las neuronas. Generalmente, como señala Mundo Sano, la pérdida de este último tipo de células puede conllevar a complicaciones más graves de la audición, como la sordera.
La importancia del estudio que efectuó este equipo de profesionales radica en que, si bien ya habían producido células ciliadas antes, a partir del gen TBX2 podrán diferenciar entre ambas clases: externa e interna (cuando el gen se expresa).
“Ahora sabemos cómo crear de forma específica células internas o externas, e identificar por qué las primeras son más propensas a morir y provocar sordera”, destacó Jaime García-Anoveros, autor del trabajo, referenciado por Mundo Sano. Mediante este descubrimiento, esperan seguir trabajando para evaluar la posibilidad de programar nuevas células en el oído y tratar afecciones relacionadas con la audición.
La OMS señala algunas prácticas que no se deben hacer para conservar la buena salud del oído. Entre ellas se enlista, no introducir ningún objeto en el oído, ni hisopos, tijeras, palillos u cualquier otro material; no aplicar ningún aceite frío o caliente, ni ningún otro remedio casero, para tratar alguna enfermedad asociada al oído; no nadar o bañarse en agua sucia.