La hepatitis se presenta cuando el hígado se inflama, lo que puede afectar el buen funcionamiento de este órgano, cuyas principales funciones son digerir alimentos, almacenar energía y eliminar sustancias tóxicas.
Esta enfermedad puede convertirse en una infección aguda a corto plazo o crónica en el largo tiempo. Algunos tipos de hepatitis solo causan infecciones agudas y otros pueden generar las dos.
Existen diferentes tipos de hepatitis que se pueden presentar por diversas causas. La viral es la más común y es generada por los virus de la hepatitis A, B, C, D y E. También existe aquella que es ocasionada por el consumo excesivo de alcohol y se denomina hepatitis alcohólica, de acuerdo con el sitio especializado Medlineplus.
De igual forma, está la tóxica, que puede ser causada por ciertos venenos, productos químicos, medicamentos o suplementos y la autoinmune, que es aquella en la que el sistema inmunológico ataca el hígado, sin que se conozcan muy bien las razones para que esto suceda.
Según los expertos, la hepatitis A y la E se transmiten a través del contacto con alimentos o agua, contaminados con las heces de una persona infectada. También se puede contraer hepatitis E al comer carne de cerdo, ciervo o mariscos poco cocidos. Por su parte, la B, C y D se contagian a través del contacto con la sangre de una persona que tiene la enfermedad.
Algunas personas con hepatitis no presentan síntomas y no saben que están infectadas; sin embargo, hay quienes sí presentan signos, los cuales se manifiestan principalmente en fiebre, fatiga, pérdida de apetito, náuseas o vómitos, dolor abdominal, orina oscura, heces de color amarillo y dolor en las articulaciones.
El portal Fundahígado América indica que cuando una persona padece de hepatitis, es importante realizar ajustes en la dieta y hay algunos alimentos que es muy importante evitar.
Evitar alimentos ricos en grasas
Lo que se debe evitar en la dieta son principalmente los productos ricos en grasa, debido a que cuando se padece de esta enfermedad puede ocurrir una disminución en la producción de las sales biliares, que son las encargadas de ayudar a digerir las grasas, por lo que su ingestión podría causar diarrea, asegura el portal de salud Tua Saúde.
En este orden de ideas, los alimentos que se deben evitar son:
- Las bebidas alcohólicas: pues constituyen un factor de riesgo tanto para la hepatitis como para otras enfermedades hepáticas. Por ello, resulta necesario prescindir de su consumo cuando se tiene la afección, así como limitar su ingesta como medida de prevención.
- Bebidas gaseosas: es importante que el paciente consulte al especialista para que establezca su requerimiento nutricional y le oriente en cuanto a la dieta diaria, incluso proporcionándole diversas opciones de menú.
- El consumo de lácteos y cafeína puede variar dependiendo del individuo, pues algunas personas son intolerantes mientras que otras no. Lo ideal es no consumir leche entera, ni yogures ricos en grasas.
- No a los mariscos crudos: Además de prescindir del consumo de mariscos crudos, es prudente evitar comer carne de res sin cocinar o mal cocida.
Otro factor importante a tomar en cuenta es el agua. Es importante asegurarse de que esta sea apta para el consumo humano, inclusive, la recomendación de los expertos es hervirla y filtrarla.
Por su parte, la ingesta de frutas, verduras y vegetales debe ser cuidadosa, especialmente si se consumen fuera de casa. En líneas generales, los alimentos deben ser lavados de forma adecuada y, preferiblemente, consumirlos bien cocidos.
Adicionalmente, deben restringirse de la dieta las carnes rojas y frituras, el aguacate y frutos secos; los alimentos embutidos o industrializados; los cocidos con azúcar refinado; los refrescos y jugos pasteurizados; los cubitos de sazonar los alimentos; las comidas congeladas y comidas rápidas y las salsas de tomate, mayonesa, mostaza, salsa inglesa, de soya y picantes, entre otros.
También es importante que cuando una persona presenta hepatitis y tiene asociado dolor abdominal, evite la ingestión de alimentos flatulentos como coliflor, brócoli y repollo, debido a que pueden empeorar el malestar en el estómago.
Los especialistas recomiendan que antes de tomar decisiones en torno a la alimentación, se consulte a los especialistas con el fin de nutrirse bien y de esta forma evitar la pérdida de peso excesiva.