El herpes labial, también llamado herpes febril, es una infección viral frecuente. Se trata de pequeñas ampollas llenas de líquido sobre los labios o alrededor de ellos, de acuerdo con Mayo Clinic.

Puede contagiarse de una persona a otra por contacto cercano, por ejemplo, al besarse. Generalmente son causadas por el virus del herpes simple tipo 1 (HSV-1) y menos comúnmente por el virus del herpes simple tipo 2 (HSV-2). Estos dos virus pueden afectar la boca o los genitales y pueden transmitirse a través del sexo oral. El herpes labial es contagioso aunque no se vean las llagas.

Además, no hay cura para el herpes labial, pero el tratamiento puede ayudar a controlar los brotes. Las píldoras o cremas antivirales recetadas hacen que las llagas sanen más rápido y pueden reducir la frecuencia, la duración y la gravedad de futuros brotes.

En consecuencia, los signos y síntomas varían, dependiendo de si este es el primer brote o una recurrencia. La primera vez que se tenga, los síntomas pueden aparecer recién 20 días después de haber estado expuesto al virus por primera vez. Las llagas pueden durar varios días y las ampollas, tardar de dos a tres semanas en sanar por completo. Las recurrencias generalmente ocurren en el mismo lugar y tienden a ser menos extensas que el primer brote.

En un primer brote, también se puede experimentar:

  • Fiebre.
  • Dolor en las encías.
  • Dolor de cabeza.
  • Dolores musculares.
  • Ganglios linfáticos inflamados.

Además, por lo general desaparece sin tratamiento, pero hay que consultar al médico en los siguientes casos:

  • Cuando no se cura en dos semanas.
  • Los síntomas son graves.
  • Las recurrencias son frecuentes.
  • Se siente irritación en los ojos.

Por su parte, casi todo el mundo corre el riesgo de tener herpes labial y la mayoría de los adultos son portadores del virus que lo causa, aunque nunca hayan tenido síntomas, pero una persona está más en riesgo de complicaciones por el virus si tiene un sistema inmunitario debilitado por afecciones y tratamientos como:

  • Dermatitis atópica (eccema).
  • Quimioterapia para el tratamiento del cáncer.
  • Medicamentos contra el rechazo para trasplantes de órganos.

Además, en algunas personas, el virus que provoca el herpes labial puede causar problemas en otras partes del cuerpo, entre ellas, las siguientes:

  • Puntas de los dedos. Tanto el virus del herpes simple 1 como el virus del herpes simple 2 pueden llegar a los dedos. Este tipo de infección a menudo se denomina herpes panadizo. Los niños que se succionan el pulgar pueden trasladar la infección de la boca a los pulgares.
  • Ojos. A veces, el virus puede causar una infección en los ojos. Las infecciones recurrentes pueden causar cicatrices y lesiones, lo que puede dar lugar a problemas o pérdida de la vista.
  • Zonas generalizadas de la piel. Las personas que tienen una afección de la piel llamada “dermatitis atópica” (eccema) corren un mayor riesgo de que el herpes labial se difunda por todo el cuerpo. Esto puede convertirse en una emergencia médica.
Herpes labial | Foto: Getty Images

Por tal razón, para evitar que se difunda el herpes labial a otras personas o a otras partes del cuerpo, la persona puede intentar algunas de las siguientes precauciones:

  • Evitar los besos y el contacto con la piel de las personas mientras haya ampollas. El virus se propaga con mayor facilidad cuando las ampollas pierden líquido.
  • No compartir elementos. Utensilios, toallas, bálsamo labial y otros artículos personales pueden propagar el virus cuando hay ampollas.
  • Mantener las manos limpias. Cuando una persona tenga un herpes labial, debe lavarse las manos cuidadosamente antes de tocarse y de tocar a otras personas, en especial, a bebés.