La menta es una de las plantas más usadas en la gastronomía y también forma parte de las hierbas tradicionales más utilizadas en la medicina naturista.
La menta, si se ingiere en infusión, tiene grandes beneficios al organismo debido a que contiene polifenoles y aceites esenciales, otorgando propiedades analgésicas, antiespasmódicas, antisépticas y calmantes.
Por ello, cuando se padece un resfriado es importante consumir té de menta, debido a que por contener mentol disminuye la congestión de la garganta, los pulmones y la nariz. Además de ello, con la menta se pueden tratar la tos persistente, la bronquitis y el asma.
Otros de los aportes que trae consumir de manera regular té de menta es que ayuda a bajar de peso. El portal especializado en alimentación GastroLab explica que el té de menta contribuye a la pérdida de esos kilos de más, pues ayuda a digerir las grasas; a mejorar el flujo de bilis; a desinflamar el abdomen; a calmar el estado de ánimo que aumenta la cortisona y provoca la retención de líquidos.
El mal aliento es otra de los padecimientos que quedaría en el pasado, gracias a sus propiedades antibacterianas permiten acabar con las bacterias que causan el mal olor en la boca.
Además, su fuerte sabor elimina la halitosis y, además, reduce la cantidad de bacterias en la boca, causantes del mal olor, según el portal Mejor con Salud.
Los dolores de cabeza también se acabarían ya que el té de menta tiene propiedades anestésicas, que pueden ayudar a disminuir el dolor. Además de esto puede disminuir la tensión nerviosa y muscular que influye en este tipo de dolores.
La salud visual también se vería afectada de manera positiva con la menta. De acuerdo con el portal web Mejor con Salud, “gracias a sus propiedades antioxidantes, la menta puede prevenir la aparición de cataratas en las personas a medida que aumenta la edad”. Para ello, se debe consumir dos veces al día una infusión de menta hecha con una cucharada de la planta seca por cada taza de agua para aprovechar esta virtud.
Según informó el portal Andanatura la menta también ayuda a curar los problemas digestivos “uno de los usos curativos de la menta más conocidos”. Desde hace cientos de años, se usa la menta para las enfermedades del estómago. Sirve para aumentar el apetito y calmar la indigestión y es muy buena para la distensión abdominal y la flatulencia.
Su aroma fuerte y penetrante hace que las glándulas salivales se activen, lo que estimula, a su vez, la producción de enzimas en el estómago. Asimismo, puede relajar los músculos abdominales y es ideal para curar los ardores o reflujo gástrico.
La dosificación correcta para un adulto sin los problemas mencionados es de 20 a 30 gramos de hojas frescas de menta por litro de agua hirviendo. No se puede consumir más que 700 ml (tres tazas, aproximadamente) por día y repartidas en tres dosis diferentes; por ejemplo a la mañana, a la tarde y a la noche.