Las hierbas medicinales son una buena alternativa si de aliviar algunos malestares de salud se trata, aunque es importante tener claro que no son tratamientos y, por lo tanto, su consumo regular debe ser consultado con un especialista y más si se toman medicamentos o se tiene alguna condición médica particular.
Una de ellas es la lavanda. Aunque esta planta es ampliamente conocida por su particular aroma, sus beneficios no se limitan a su olor. Se trata de una planta a la que se le atribuyen propiedades calmantes y sedantes. Por lo tanto, es usada en el campo medicinal para tratar ciertos problemas de salud.
El portal Nutrición y Farmacia asegura que posee propiedades antiinflamatorias, es cicatrizante y antiséptica, ofrece bondades relajantes y sedantes, es un analgésico natural, tiene propiedades astringentes, es antivírica y antibacteriana, además de que es fuente de antioxidantes.
En torno a esta planta, el portal Tua Saúde asegura que es muy versátil, ya que puede emplearse para tratar varios tipos de afecciones como ansiedad, depresión, mala digestión e incluso eliminar infecciones generadas por picaduras de insectos.
Ayuda con el dolor de cabeza
Una de las bondades que se le atribuyen es que ayuda a aliviar el dolor de cabeza. Esto es debido a sus propiedades antiespasmódicas y ligeramente analgésicas, asegura el portal Cuerpo Mente.
Se dice que su particular aroma le brinda beneficios en el sistema nervioso. De este modo, sus efectos ayudan a reducir la inquietud, el estrés o la ansiedad, que en muchos casos son causales de los molestos síntomas y molestias que genera el dolor de cabeza o la migraña.
En esta línea, el portal Healthline asegura que el aceite esencial de lavanda se usa comúnmente para aliviar el estrés. “También existe fuerte evidencia de que la lavanda puede ayudar a tratar los dolores de cabeza y la migraña”.
Según este sitio web, el aroma del aceite esencial de esta planta puede ayudar a controlar los ataques de migraña y cita un estudio en el que se determinó que las personas indicaron una disminución significativa del dolor después de solo 15 minutos de inhalar este producto. Para obtener sus beneficios se puede emplear aceite de lavanda diluido sobre la piel, aplicándolo con un difusor o agregarlo en un baño tibio.
De otro lado, se dice que, debido a sus bondades antibacteriales y antiespasmódicas, la lavanda resultaría útil para combatir el crecimiento de bacterias en el estómago.
Así mismo, según Cuerpo Mente, al ser digestiva y carminativa, ayuda a abrir el apetito, facilita la digestión y previene la aparición de gases y flatulencias. También alivia la sensación de digestión pesada o lenta (dispepsias), combate los trastornos hepatobiliares leves y los espasmos gastrointestinales, y mitiga las náuseas y mareos.
En estos casos, se recomienda consumirla en infusión después de las comidas.
Otras bondades
El aceite de lavanda es aliado de la piel. Cuenta con propiedades analgésicas, antiinflamatorias y regeneradoras, por lo que en ocasiones se utiliza como base de cremas y geles para calmar las irritaciones cutáneas. Además, los componentes de esta hierba sirven como repelente de insectos, indica Nutrición y Farmacia.
Un beneficio más que se le atribuye es que ayuda a dormir mejor. En este caso, tomar un baño antes de acostarse adicionando el aroma de lavanda potenciará el sueño, gracias a que le ayuda al cuerpo a relajarse.
Por último, se dice que es antiinflamatoria, antiséptica y moderadamente diurética. Se indica en casos de inflamación o infección de las vías urinarias, como cistitis o uretritis, y para estimular la orina. La recomendación es tomarla en infusión, combinada con otras plantas diuréticas.