Las hierbas medicinales son plantas que se han usado por años por muchas personas para prevenir o curar una enfermedad, aliviar síntomas, incrementar la energía, relajarse o perder peso, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Por ello, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde reveló que el laurel es ideal para reducir el colesterol, la glucosa y mejorar la digestión, ya que sus hojas frescas tienen propiedades medicinales antiinflamatorias, antioxidantes, digestivas y antireumáticas.
“En un estudio se ha demostrado que las hojas de laurel mejoran la función de la insulina, hormona que se encarga de que la glucosa ingrese a todas las células del cuerpo para aportar energía, regulando el azúcar en sangre, siendo importante para ayudar a prevenir y a controlar la diabetes”, señaló el portal.
Además, sobre el colesterol indicó que “los extractos de las hojas secas del laurel tienen aceites esenciales como el cineol y polifenoles con actividad antioxidante que ayudan a regular el colesterol sanguíneo, disminuyendo el colesterol ¨malo¨o LDL y triglicéridos, aumentando el colesterol ¨bueno¨ o HDL, en la sangre”.
Respecto a la digestión señaló que “los compuestos activos de las hojas del laurel provocan un incremento en el volumen del fluido gástrico, con aumento en la secreción de enzimas y mucus gástrico, ayudando a mejorar la digestión”.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y, por ello, lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, ya que muchas personas creen que usar plantas para tratar una enfermedad es más seguro que tomar un medicamento.
Sin embargo, “natural” no quiere decir seguro a menos que se tomen de la manera indicada, porque algunas hierbas pueden interactuar con otros medicamentos como las píldoras anticonceptivas, antidepresivos y otros fármacos o, pueden ser tóxicas en dosis altas o también, pueden causar efectos secundarios como malestar estomacal, ansiedad, presión arterial alta, aumento en la frecuencia cardíaca, insuficiencia renal, debilidad muscular, convulsiones, embolismos, entre otras afecciones que pueden ser graves para la salud.
Por su parte, otras recomendaciones generales para reducir el colesterol, la glucosa y mejorar la digestión son:
- Tener una dieta saludable: esta debe incluir al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día; menos del 10 % de la ingesta calórica total debe proceder de azúcares libres; menos del 30 % de la ingesta calórica diaria debe ser de grasas y se deben consumir menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.
- Hacer ejercicio: la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere realizar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 a 300 minutos o actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 a 150 minutos. Se vale también una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana.
- Tomar agua: el consumo diario de agua es diferente para los hombres y para las mujeres, ya que existen diferencias entre la ingesta, pero por lo general la mayoría de los hombres necesita aproximadamente 13 tazas de líquido al día y la mayoría de las mujeres necesita cerca de nueve. Sin embargo, el consumo de agua puede variar dependiendo de las actividades que se realicen día a día. Por ejemplo, si la persona hace ejercicio debe consumir más agua, para cubrir la pérdida de líquidos. Asimismo, si el clima es cálido y se suda más, es recomendable aumentar la ingesta de agua, o si una mujer está embarazada, es posible que necesite más líquidos.