La líbido es el término que se usa para referirse al deseo sexual y este fluctúa naturalmente a lo largo de los años, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
De hecho, el Grupo Sanitas de España, indicó que la ausencia del deseo sexual es más frecuente en la mujer que en el hombre, fundamentalmente a causa de las variaciones hormonales que se producen en función de la fase del ciclo menstrual en la que se encuentre, o tras la menopausia.
No obstante, hay otros problemas que pueden afectar la libido como:
- Estrés. Los problemas financieros o laborales pueden generar distracciones.
- Falta de conexión con la pareja. La conexión es clave para que la relación avance y el deseo sexual hace parte de ello.
- Conflictos o peleas sin resolver. Los problemas pueden ser agobiantes y así generar distracciones.
- Comunicación deficiente de las necesidades y preferencias sexuales. Es importante hablar sobre nuevas experiencias sexuales que quieran ser vividas más adelante.
- Problemas de confianza. Baja autoestima de la imagen corporal.
- Problemas sexuales. El dolor durante las relaciones sexuales o la falta de orgasmos pueden disminuir el deseo sexual.
- Enfermedades. Muchas enfermedades no sexuales pueden afectar el deseo sexual, como la artritis, el cáncer, la diabetes, la presión arterial alta, la enfermedad de las arterias coronarias y las enfermedades neurológicas.
- Medicamentos. Ciertos medicamentos recetados, en especial los antidepresivos llamados «inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina», disminuyen el deseo sexual.
- Estilo de vida. Es posible que un vaso de vino genere sensación de deseo, pero beber mucho alcohol puede afectarlo. Lo mismo sucede con las drogas ilegales. Además, fumar disminuye el flujo sanguíneo, lo que puede disminuir la excitación.
- Cirugía. Las cirugías relacionadas con los pechos o el aparato genital pueden afectar la imagen corporal, la función sexual y el deseo sexual.
- Fatiga. La fatiga por haber cuidado niños o familiares que están envejeciendo puede contribuir a la disminución del deseo sexual. La fatiga por enfermedades o cirugías también es un factor de disminución del deseo sexual.
- Experiencias sexuales negativas en el pasado. Antecedentes de maltrato físico o de abuso sexual.
Por ello, el portal Terra reveló cuatro hierbas que incrementan el deseo sexual, pero el consumo debe estar supervisado por un experto de la salud. Así las cosas, las plantas son:
- La tribulus terrestres.
- Maca peruana.
- Ginseng Siberiano.
- Ginkgo biloba.
Sobre la misma línea, la entidad sin ánimo de lucro indicó que los pequeños cambios saludables en el estilo de vida pueden hacer una gran diferencia en el deseo sexual:
- Reducir el estrés. Encontrar métodos efectivos para encarar el estrés laboral, diario y financiero puede mejorar el deseo sexual.
- Comunicarse con la pareja. Las parejas que aprenden a comunicarse en forma abierta y honesta mantienen, por lo general, una conexión emocional más fuerte que puede ayudar a mejorar el sexo. En materia de sexo, la comunicación es importante. Conversar acerca de lo que gusta o lo que disgusta puede ayudar a crear una intimidad sexual mayor.
- Reservar tiempo para la intimidad. Programar los encuentros sexuales en el calendario puede parecer aburrido y artificial, pero dar prioridad a la intimidad puede ayudar a restablecer el deseo sexual.
- Añadir atractivo a la vida sexual. Probar distintas posiciones sexuales o tener sexo en diferentes lugares o momentos del día. Pedirle a la pareja que prolongue el juego previo. Si están dispuestos a experimentar, los juguetes y las fantasías sexuales pueden ayudar a reavivar el deseo sexual.
- Abandonar los malos hábitos. El tabaco, las drogas ilegales y el alcohol en exceso pueden apagar el impulso sexual. Abandonar estos malos hábitos puede ayudar a revivir el deseo sexual y a mejorar la salud en general.